ESPAÑA

El Rey abandona Cádiz en silla de ruedas para evitar más daños

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La imagen de mandatarios y dirigentes de 21 países aguardando durante varios minutos, formados y listos para la fotografía de familia de la XXII Cumbre Iberoamericana, a que llegara don Juan Carlos, glosa el cariño y el respeto del que goza el Rey de España al otro lado del Atlántico.

Don Juan Carlos, tal vez a su pesar, acaparó buena parte del protagonismo de esta Cumbre tras anunciar el viernes, durante el brindis oficial, que se retiraba temporalmente de la vida pública para someterse a una nueva intervención quirúrgica en la cadera izquierda, la tercera desde que sufriera un accidente en Botsuana.

El Monarca se esforzó tanto para cumplir con su papel de anfitrión que, una vez concluida la Cumbre, abandonó las instalaciones del Palacio de Congresos de Cádiz en silla de ruedas, según indicaron varios testigos.

Don Juan Carlos, al que los médicos aconsejaron hace varias semanas que suspendiese su actividad y pasase por el quirófano, o por el «taller», como ironizó el propio Rey, ha caminado en Cádiz con la ayuda de una o dos muletas. Para la referida fotografía oficial, por ejemplo, lo intentó con una. Cuando llegó a la formación, y pese al retraso, los jefes de Estado y de Gobierno que le aguardaban, entre ellos Mariano Rajoy, le dedicaron un breve aplauso.

El presidente español, en la rueda de prensa que ofreció tras la calusura de la Cumbre, destacó el papel que han desempeñado el Rey y los Príncipes de Asturias en la organización de esta Cumbre, con numerosos viajes a países de la región.

Rajoy, en los once meses que lleva en el cargo, ha visitado México (en dos ocasiones), Colombia y Brasil. «Una buena constumbre que pienso seguir manteniendo», comentó. De hecho, anunció que en enero del año próximo participará en el cónclave que se celebrará en Santiago de Chile entre América Latina y Europa.