PRODUCCIÓN

La industria y los mercados de abastos, los más beligerantes

La demanda eléctrica se redujo el 16% respecto a lo previsto en una jornada laboral normal por estas fechas

MADRID. Actualizado: Guardar
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Una vez más, la gran industria y los mercados de abastos participaron de forma generalizada en la protesta contra los recortes del Gobierno. Las factorías automovilísticas ya secundaron la convocatoria de huelga en los turnos de madrugada, y en los mercados donde se abastecen de productos frescos los establecimientos comerciales se reprodujo la habitual confrontación entre los piquetes y los camioneros.

El consumo de energía se ha convertido en un eficaz instrumento para medir la paralización de la actividad productiva en la industria. En el despuntar de la jornada laboral del 14-N, la demanda eléctrica era un 16% inferior a la que hubiera sido normal. Considerada la participación global de este sector -muy elevada en el segmento de consumos intensivos, como la siderurgia o el aluminio-, ese recorte se puede considerar equivalente a un descenso de la actividad en torno al 65%.

Pese a la precisión del dato, utilizarlo para el seguimiento de la huelga fue en esta ocasión objeto de polémica. En el paro general del pasado marzo, el descenso del consumo en momentos equivalentes había sido del 20%. Los sindicatos se apresuraron a puntualizar que Red Eléctrica, el operador del sistema, establece previsiones diferentes según temporadas -no es lo mismo la primavera que el otoño- y advirtieron, además, de que en esta ocasión se han establecido servicios mínimos mucho más elevados. Esto implica una mayor participación obligatoria de los trabajadores, con su secuela de mayor producción.

Tras estas matizaciones, las centrales sindicales celebraron un seguimiento muy elevado de la protesta en grandes fábricas del sector de la automoción. Los paros fueron mayoritarios en Ford, General Motors o Seat, menor en Citroen o Renault. También destacaron que los paros se habían extendido más allá del área del metal, con incidencia en Danone, Heineken, Panrico y otras industrias alimentarias, lo mismo que a las plantas de otros sectores.