ESPAÑA

Rajoy llama cobarde a Mas por no tener el valor de enfrentarse a la crisis

El líder de CiU ignora los ataques y anuncia que potenciará la proyección internacional con un consejero de Exteriores

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Segundo asalto de Mariano Rajoy en la campaña catalana y segunda jornada consecutiva de andanadas contra Artur Mas. El presidente del Gobierno concluyó ayer en Tarragona su primera gira por la campaña catalana, aún le quedan dos mítines más, y lo hizo en busca del cuerpo a cuerpo con Artur Mas, al que acusó de no tener «cuajo» ni «agallas para soportar la crisis» y de emprender una «aventura condenada al fracaso».

Con dos intervenciones muy contundentes, en Lérida y Tarragona, Rajoy ha sido el protagonista absoluto del inicio de la carrera electoral, donde ha puesto toda la carne en el asador porque el PP se juega mucho en estas elecciones. Está en juego nada menos que desbancar a los socialistas como segunda fuerza en Cataluña, un objetivo impensable para los populares y para nadie hace una legislatura. De conseguirlo, el hundimiento del PSOE en toda España tendría hechuras de muy difícil reversión y allanaría el camino al PP para muchos años.

En consecuencia, el presidente, el resto de los miembros del Ejecutivo y el PP se han tomado las elecciones muy en serio. La consigna, además de desbancar al PSC, es evitar la mayoría absoluta de CiU para que no llegue el pulso al Estado sobre el derecho a decidir de los catalanes.

Rajoy se ha erigido como el único defensor de la unidad de España, hurgando en la herida de las divisiones entre el PSC y el PSOE, y ha buscado el mano a mano con Mas, como si el presidente del Gobierno fuera el candidato a la Generalitat. «Mas trata de levantar muros, pasos aduaneros y cavar zanjas en los cimientos de la convivencia de los catalanes», dijo Rajoy, que volvió a acusar al presidente catalán de haberle hecho en la Moncloa un «chantaje». «El buen gobernante no rompe la baraja. Su obligación es abordar los problemas y no salir corriendo hacia ninguna parte», añadió. «No hagáis caso a los que quieren dividir, a los que buscan enemigos exteriores», remató.

El discurso de la ilusión

Pero Mas, hasta ahora, se ha hecho el sordo y ha evitado el cuerpo a cuerpo con Rajoy. CiU arrancó la campaña con mucha ventaja en las encuestas y su estrategia consiste en arriesgar poco. El president del Govern mantiene un discurso poco estridente y deja los mensajes del «miedo» -«espejos de sus propios miedos», dijo- para otros. En medio de la mayor crisis en muchos años, CiU ha hilvanado un discurso que vende ilusión, la de un estado independiente que sería el séptimo más rico de la UE, según sus cálculos. En el PP «no han entendido que Cataluña es un pueblo maduro que sabe perfectamente que si es más libre será más viable y que toda su población vivirá mejor, lleve el apellido que lleve», expresó Mas.

A su juicio, el Estado catalán sería viable económica y socialmente -aunque en Bruselas le recordaron justo lo contrario el miércoles pasado-, sería atractivo para la llegada de empresas, las pensiones estarían más que garantizadas y si tuviera que asumir parte de la deuda del Estado, también negociaría el déficit fiscal catalán acumulado durante decenios, así como la riqueza de España «en metales preciosos, divisas y los depósitos en el BCE». Además de la convocatoria de una consulta en los próximos cuatro años, Mas puso como objetivo de la próxima legislatura empezar a dotar a Cataluña de estructuras de Estado, como la agencia tributaria propia o la acción exterior, tarea que asumirá un consejero de nuevo cuño.

El que sí entró al trapo contra el presidente del Gobierno fue el candidato socialista a la Generalitat. Después de que Rajoy se mostrara crítico y casi hasta un tanto condescendiente con los socialistas («están en medio de la nada, con un proyecto improvisado, con muchos complejos y sin visión de Estado. ¡Quién te ha visto y quién te ve, PSOE!», dijo), Pere Navarro acusó al jefe del Ejecutivo de haberse convertido en una «fábrica de independentistas». «Es por sus posturas extremas por lo que el independentismo es hoy más fuerte que nunca», señaló. Navarro, que el primer día atizó a Mas y el segundo tachó al líder del PP de no tener palabra ni vergüenza y exigió que pida perdón por recoger firmas en contra del Estatut por toda España y promover un boicot a los productos catalanes.