CÁDIZ

Cádiz se cita de nuevo con América y la historia

El encuentro se marca como objetivos la apertura de nuevas vías de cooperación y de crecimiento económicoLos jefes de Estado de toda Iberoamérica quieren recuperar en la Cumbre el espíritu de superación de 1812

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Guadalajara (México), Madrid, Salvador de Bahía (Brasil), Cartagena de Indias (Colombia), San Carlos de Bariloche (Argentina), Santiago y Viña del Mar (Chile), Isla Margarita (Venezuela), Oporto (Portugal), La Habana (Cuba), Panamá (Panamá), Lima (Perú), Bávaro (República Dominicana), Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), San José (Costa Rica), Salamanca, Montevideo (Uruguay), Santiago de Chile (Chile), San Salvador (El Salvador), Estoril (Portugal), Mar del Plata (Argentina) y Asunción (Paraguay). Ésta es la lista de ciudades que desde la creación de las Cumbres de Jefes de Estado y de Gobierno, allá por el año 1991, han tenido el honor de ser, de forma transitoria, la capital política de Iberoamérica. Un listado de grandes ciudades al que en solo cinco días se unirá Cádiz.

Son ya veintidós cumbres, citas en las que los países sudamericanos, además de España, Portugal y Andorra, dan identidad, contenido y fuerza al espacio común iberoamericano. Se trata de una conferencia diplomática del más alto nivel. Una expresión propia de la «diplomacia de cumbres», característica del actual escenario internacional.

La Cumbre es, seguida de la Reunión de ministros de Relaciones Exteriores, la más alta instancia política de la Conferencia Iberoamericana. La Secretaría Pro Témpore es ejercida anualmente por el país en el que se celebra la Cumbre. Esta se organiza con el apoyo de la Secretaría General Iberoamericana (Segib).

Las reuniones de coordinadores nacionales y de responsables de Cooperación son las instancias de gestión y de discusión habituales, y se convocan varias veces al año. Por su parte, las reuniones ministeriales sectoriales reúnen anualmente a los ministros y altos responsables iberoamericanos de todas las áreas; también se celebran encuentros preparatorios de naturaleza técnica.

Concretamente, como actividades previas a la Cumbre de Cádiz a lo largo de este año se han reunido en distintas ciudades españolas los ministros de Presidencia, Fomento, Seguridad Social y Empleo, Educación, Cultura, Asuntos Económicos, Interior e Industria. A estas habrá que sumar una de Asuntos Exteriores que se celebrará en el marco de la Cumbre. En cada una de ellas se han elaborado documentos con las conclusiones del trabajo realizado que se elevarán a los jefes de Estado para su análisis.

Bicentenario

En el caso de la Cumbre de Cádiz hay que tener en cuenta que todo queda envuelto en el halo de la celebración del 200 aniversario de la Constitución de 1812, referencia y germen de los procesos constitucionales y las independencias iberoamericanas. Tanto es así, que el lema del encuentro es 'Una relación renovada en el Bicentenario de la Constitución de Cádiz'. Es por eso que en los últimos meses se ha puesto el acento en el valor simbólico que tiene la cita por el hecho de celebrarse en el mismo lugar en el que en 1812 se reunieron representantes de los territorios españoles de ambos lados del Atlántico para crear un nuevo marco jurídico y social. Cádiz vuelve a proponerse en el imaginario colectivo iberoamericano de este modo como lugar de encuentro y reflexión, como puerta entre continentes e inspiración para el cambio.

El encuentro estará a la vez marcado, como no puede ser de otra manera, por la crisis económica que azota especialmente a los países europeos. De ahí que en las reuniones previas algunas voces hayan llegado a pedir un compromiso decidido de los países emergentes de Sudamérica para abrir nuevas vías de cooperación con España y Portugal.

A nivel puramente político, la Cumbre de Cádiz tendrá lugar en un momento de grandes transformaciones para Iberoamérica por su dinamismo económico, su profundización democrática y los avances en la integración regional. Por este motivo, el encuentro constituirá una magnífica oportunidad para dar un impulso renovado a las cumbres y reforzar la relación entre los países iberoamericanos. La Cumbre de Cádiz perseguirá fortalecer las estructuras de diálogo y concertación, de integración y de cooperación de la comunidad iberoamericana, a fin de impulsar su presencia relevante en la economía y las relaciones internacionales, aprovechar las oportunidades que ofrecen sus vínculos privilegiados con otras áreas del mundo y participar en un proceso de crecimiento conjunto que de respuesta a los problemas reales de los ciudadanos en materia de bienestar, empleo y cohesión social.

Para ello, la Cumbre Iberoamericana de este año dedicará especial atención a las políticas de crecimiento económico para reducir la pobreza, favorecer la igualdad de oportunidades y estimular la creación de empleo. El trabajo de los jefes de Estado se centrará en cuatro grandes ejes: el crecimiento económico al servicio de los ciudadanos; el desarrollo de infraestructuras en los ámbitos del transporte, las telecomunicaciones, la energía y el uso del agua; la promoción de la pequeña y mediana empresa como motor de crecimiento y generación de empleo; y el fortalecimiento institucional para favorecer el crecimiento económico y la cohesión social. Todo ello, sobre la base de un eje transversal, la creación de empleo, aprovechando la gran riqueza que suponen nuestras lenguas y culturas comunes para el desarrollo conjunto y para el establecimiento de un verdadero mercado iberoamericano de la cultura.

Son objetivos ambiciosos que se tratarán al mismo tiempo que otros asuntos como la posibilidad de celebrar estas cumbres de forma bienal. Algo que, en todo caso, no se hará efectivo hasta después de la reunión que se celebrará el año que viene en Panamá.

Presencias

Será una cita para la historia. Hace doscientos años que la ciudad no acoge un evento de esta magnitud, desde la reunión de las Cortes que alumbró la Pepa. Y probablemente las generaciones actuales no volverán a vivir nada igual en la que es la ciudad más pequeña que nunca ha sido sede de una Cumbre Iberoamericana.

El simple hecho de acogerla ya es un éxito rotundo para Cádiz, pero su trascendencia dependerá del nivel de los asistentes. De momento, está confirmada la presencia en la ciudad de los líderes de la mayoría de los países invitados. Tan solo es segura la ausencia del presidente paraguayo, Federico Franco, cuyo país ni siquiera estará representado debido a la convulsa situación política que atraviesa, y de la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner. Se da por hecho que tampoco se desplazarán a Cádiz el cubano Raúl Castro y el venezolano Hugo Chávez, aunque estos países sí enviarán una representación ministerial a la Cumbre.