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«Rajoy debería pedir perdón»
Emilio y Carlos, el primer matrimonio homosexual en España, exigen disculpas al presidente tras «pasar siete años en vilo»
MADRID. Actualizado: GuardarHan sido siete años de incertidumbre y angustia. Sensaciones que quedaron borradas de un plumazo el pasado martes, cuando el Tribunal Constitucional avaló por ocho votos contra tres la ley de matrimonios homosexuales aprobada en 2005 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Emilio Menéndez y Carlos Baturin suman 37 años juntos y fueron los primeros homosexuales en contraer matrimonio en España, tras ellos lo han hecho hasta ahora otras 22.441 parejas.
«Rajoy debería pedir perdón, pero estoy seguro de que no lo hará», apunta Emilio, en referencia al tiempo que ha pasado en vilo desde que el PP presentara su recurso de inconstitucionalidad que el tribunal ha rechazado. Carlos se muestra seguro de que durante estos años mucha gente del PP se ha arrepentido de la decisión e, incluso, de que el presidente del Gobierno debe de haberse sentido aliviado tras el fallo de los magistrados porque le han quitado un problema de encima.
Con respecto al anuncio del ministro de Justicia de que, pese a las presiones de los sectores más conservadores del PP y la mayoría absoluta de la que goza este partido, la ley actual no se modificará, esta pareja no las tiene todas consigo. «(Alberto Ruiz) Gallardón iba de 'progre' cuando estaba fuera del Gobierno pero ahora está demostrando que no lo es, no hay más que ver lo que quiere hacer con el aborto», afirma Carlos. Ambos son concluyentes en el caso de que se intente revisar la norma: serán ellos los que entonces acudan al Constitucional o al tribunal que haga falta. «Por mucho que se empeñen, el mundo y la sociedad van hacia delante, pueden ralentizar el paso, pero no frenarlo», señalan, y ponen como ejemplo la ley aprobada esta misma semana en Francia a favor de los matrimonios homosexuales.
Con quien tampoco ocultan su profundo malestar es con el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien el pasado miércoles declaró que, a pesar de la sentencia, sigue creyendo que «el matrimonio define la unión de un hombre y una mujer» y rechazó el derecho a adoptar niños por parejas del mismo sexo. Para Carlos, «un ministro representa a toda la ciudadanía y aunque tiene derecho a mantener una opinión personal sus palabras estuvieron fuera de lugar».
Creen que la justificación mantenida durante estos siete años sobre que el recurso se elaboró en sentido contrario al uso de la palabra «matrimonio» es una mentira que se demuestra leyendo el escrito que se presentó. Emilio denuncia que «el PP actuó movido por la homofobia, lo que pasa es que no querían descubrirse». Pero tampoco hubieran aceptado que se cambiara el nombre de su unión: «Si se denominase de otra forma ya sería en sí mismo una discriminación. Tenemos derecho a la igualdad».
«Curar heridas»
Carlos y Emilio se conocieron en 1975, con Franco aún vivo y la ley de Vagos y Maleantes penaba con prisión la homosexualidad. Para Carlos, casarse significó el curar las heridas que permanecieron abiertas durante décadas. «Solo el que ha estado tan reprimido como yo lo estuve puede valorar tanto la igualdad», dice. Emilio añade que no puede ser justo que dos personas que se conocen por Internet se puedan casar a los dos días y ellos, que llevaban tres décadas viviendo juntos, no pudieran hacerlo. Después de aprobarse la ley fueron los primeros en dar el paso aunque nunca tuvieron esa intención, solo buscaban que se les reconociese su derecho a vivir en matrimonio como el de cualquier pareja heterosexual.
Y del día de su boda Carlos no olvida las palabras que su madre octogenaria le susurró cuando él y Emilio se dieron el 'sí quiero': «Estoy feliz porque ya tengo a todos mis hijos colocados».