Los 'wasp' han perdido el centro... y el norte
Los republicanos se quedan otra vez sin la Casa Blanca abrumados por el Tea Party y más lejos que nunca de la tradición de Lincoln y Theodore Roosevelt
Actualizado: GuardarLos 'wasp' (blancos, anglosajones y protestantes) tienen un problema con las minorías. 'Wasp' es un término que alude a la 'aristocracia' económica y social de Estados Unidos y que se utiliza comúnmente para referirse a los ciudadanos de origen noreuropeo, por oposición a los católicos, judíos, negros e hispanos. A esa elite, cuyos valores han sido excepcional y simbólicamente representados en esta ocasión por un candidato republicano mormón, la ha derrotado esta vez no la economía ni la política, sino la demografía y en última instancia la historia. Parece que los latinos han sido decisivos de nuevo en la victoria de Barack Obama sobre Mitt Romney. Pero no han sido los únicos que lo han apoyado. Incluso los grupos sociales más desencantados con el presidente demócrata le han dado su apoyo ante las fogosas posiciones del 'pack' Romney-Ryan en cuestiones como la inmigración o los derechos de las mujeres.
La falta de matices, la simpleza, la confusión ideológica y el histrionismo televisivo del Tea Party, el obstruccionismo legislativo que pone en peligro la economía... todo ello se ha vuelto contra los propios republicanos y los han enfrentado con numerosos grupos de votantes y con su sólida tradición política. Han perdido la carrera de la Casa Blanca por segunda vez consecutiva después de haberse dejado robar por el adversario dos grandes símbolos, los cuales tienen esculpida su efigie en el monte Rushmore, de Dakota del Sur.
Si en las anteriores elecciones Obama apeló a la memoria de Abraham Lincoln, ahora escogió para revalidar su triunfo a Theodore Roosevelt, presidente republicano entre 1901 y 1909, y figura reformista de su partido. Teddy Roosevelt defendió el medio ambiente, luchó contra la corrupción como jefe de la Policía de Nueva York, gobernó ese Estado, se enfrentó a los poderosos monopolios creados por los bancos de inversión. El suyo fue un tiempo parecido al actual, y entonces no vaciló en denunciar la «tiranía rapaz de los ricos»... Ricos ¿como Mitt Romney? Un candidato que se hizo millonario especulando y que, proporcionalmente, paga menos impuestos que un trabajador.
La lógica de los asesores de Obama era que mientras los aspirantes republicanos a la nominación se despedazaban con eslóganes que rayaban lo retrógrado, los demócratas debían abrillantar el busto del dinámico Theodore Roosevelt, el líder político que acuñó el 'Square Deal', un programa que colocaba al hombre de la calle en el centro de la política.
En definitiva, se deslizaba la idea de que el partido republicano (el de los presidentes Eisenhower, Nixon, Reagan o George Bush padre) se ha alejado tanto de su trayectoria, llamémosla 'racional', que, a falta de alternativas sensatas entre sus líderes, en ausencia de una idea clara, con mensajes a ratos radicales, a ratos moderados, hostiles en suma para muchas personas corrientes, lo menos malo era votar demócrata. Votar al partido del expresidente centrista Bill Clinton, que a la pregunta retórica de cuál fue el balance de empleos de la administración de George W. Bush, respondía «¡Cero!». Y dibujaba ese número con los dedos índice y pulgar.
Tensar la cuerda
En la Fox, la televisión ultraconservadora estadounidense, se organizó un revuelo durante la noche electoral. La noticia no fue el desenlace de la votación, sino que Karl Rove, el asesor de George W. Bush que se hizo famoso con la estrategia de la polarización, se resistía a aceptar que Mitt Romney había perdido Ohio, uno de los Estados decisivos en la carrera presidencial.
Rove inventó la huida del centro político. Para ganar las elecciones había que tensar la cuerda en la campaña, buscar los extremos, crispar a los votantes, una fórmula importada en España por el Partido Popular de José María Aznar y mantenida después a su manera por Rodríguez Zapatero. En la noche del martes al miércoles, la frustración de Rove fue tal que hasta en la Fox, el reducto del Tea Party, le tuvieron que pedir que asumiera la evidencia. Y esa evidencia era que a ultras republicanos también los habían dejado fuera en las elecciones a las cámaras legislativas.
Theodore Roosevelt escribió en su historia de Nueva York: «El orden y la tranquilidad que reinan en general no deben deslumbrarnos, pues existe en medio de nosotros, debajo de la ciudad, 'un volcán apagado', como en todas las demás ciudades del mundo occidental. Este peligro durará fatalmente mientras que los ricos continúen mirando la existencia desde el punto de vista de una loca frivolidad; mientras que otros persistan en seguir la carrera comercial con una avidez feroz, con un perfecto desprecio de la justicia».