MUNDO

Una segunda oportunidad para congeniar con Europa

Las críticas de Obama a la estrategia anticrisis desgastan una alianza que planea crear un área de libre comercio

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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EE UU y Europa se necesitan más que nunca, pero la crisis ha abierto una profunda brecha en una alianza cada vez menos determinante. Con estrategias antagónicas para intentar volver a la senda del crecimiento, las fricciones entre Bruselas y Washington han sido habituales en los últimos cuatro años. Barack Obama ha censurado los insuficientes esfuerzos de la UE, una actitud paternalista que escuece mucho en la capital comunitaria. Esta falta de sintonía ha alimentado la idea de que el reelegido presidente desdeña las relaciones con la Unión.

La lista de desplantes de Obama va desde lo personal hasta lo institucional. El líder demócrata suspendió una cumbre UE-EE UU en Madrid durante la presidencia de turno española en 2010. Esta cancelación supuso el inicio de una tumultuosa relación con Bruselas que no ha logrado encarrilarse.

Obama no ha logrado congeniar con los líderes comunitarios por las grandes diferencias en la lucha contra la crisis. Apostó desde el principio por estimular la economía pese al aumento de la deuda y el déficit. Inspirada por Alemania, la Unión optó por el camino opuesto. El problema de Europa es que la receta germana no ha funcionado como se esperaba. Consciente de que sin una UE próspera su país lo tendrá mucho más complicado para crear empleo, Obama ha presionado en numerosas ocasiones.

Una vez despejada la incógnita electoral, la UE y EE UU se encuentran de nuevo ante la encrucijada de cómo reactivar sus relaciones y mejorar su entendimiento en materia económica. La mejor palanca podría ser la firma de un tratado de libre comercio, una opción que se da casi por segura. Las negociaciones podrían arrancar la próxima primavera y servirían para apuntalar los intercambios comerciales más lucrativos del mundo.