Rajoy saluda a Obama durante la cumbre la OTAN, en mayo. :: J. W. / AFP
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«Ha ganado el nuestro», celebra el Gobierno

Ejecutivo y oposición respiran aliviados con la victoria de Obama por su compromiso de actuar para rescatar a España de la crisis

MADRID. Actualizado: Guardar
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Aunque a lo largo de la campaña electoral el Gobierno de Mariano Rajoy ha evitado mostrar sus preferencias por Barack Obama o Mitt Romney, la victoria del candidato demócrata fue acogida con amplia satisfacción en el palacio de la Moncloa. La presión del mandatario estadounidense para que la Unión Europea dé cuanto antes los pasos necesarios para solucionar la crisis de deuda coinciden con los planteamientos del Ejecutivo español. Un factor que ha pesado más para Rajoy que el hecho de que el Partido Republicano mantenga un ideario conservador más próximo a las tesis del Partido Popular.

Con Obama también parece más factible estrechar unas relaciones que, aunque buenas, aún siguen empañadas por la salida de las tropas españolas destacadas en Irak, ordenada por José Luis Rodríguez Zapatero en 2004. Una retirada que causó un profundo malestar en la administración Bush y que todavía pesa como una losa en las actuales relaciones. De hecho, Zapatero, pese a su teórica sintonía con Obama, nunca fue invitado a la Casa Blanca.

Esto puede cambiar en breve. El embajador estadounidense en Madrid, Alan Solomont, se mostró el pasado lunes confiado en que Rajoy será invitado a Washington a finales de año o principios de 2013. El único interlocutor español que ha pisado ha pisado la Casa Blanca desde la retirada 2004 ha sido el Rey. Obama tampoco ha visitado España.

El jefe del Ejecutivo envío ayer un telegrama de felicitación al presidente estadounidense para mostrar su «más alta consideración y estima». «Estoy convencido de que el excelente diálogo político que hemos logrado alcanzar nos permitirá seguir trabajando juntos en todos los ámbitos, para beneficio de nuestros ciudadanos», añadió Rajoy. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, a su vez, consideró que con Obama se «revalidará el buen entendimiento de Europa con Estados Unidos para lograr así una mayor integración y defensa de los valores democráticos».

«Buenísima noticia»

El más explícito de entre los miembros del Gobierno fue José Manuel García-Margallo. «Ha ganado el nuestro», dijo sin esconder su entusiasmo. El ministro de Asuntos Exteriores no ocultó que los postulados económicos defendidos por Romney durante la campaña, «una política presupuestaria muy rígida, una política monetaria muy estricta y nada de compra de bonos en el mercado», explicó, hubiesen sido «preocupantes» para España. El ministro de Exteriores, que abandonó la diplomacia mostrada en los últimos días, expuso que Obama ha aplicado políticas de compra de deuda en los mercados secundarios, tesis que abandera España ante sus socios de la Unión Europea.

Desde la oposición, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, opinó que la reelección supone un aval a las tesis intervencionistas que ha defendido Obama al otro lado del Atlántico con el fin de favorecer el crecimiento económico y la creación de empleo. Justo la receta contraria a la estricta austeridad que ha aplicado la Unión Europea de la mano de la canciller alemana, Angela Merkel. «Estoy muy satisfecho como socialista, también como europeo y lo estoy y mucho como español. Porque pienso que es una buena cosa para el socialismo, para la socialdemocracia, una magnífica noticia para Europa y una buenísima noticia para España», expresó.