Una afición envenenada
Actualizado: GuardarLa serpiente Taipan es de origen australiano y su veneno es tan letal que puede provocar la muerte en cuestión de minutos. El gusanillo del carnaval es de origen italiano y su veneno no es tan rápido ni mortal, pero provoca otro tipo de daños.
Muchos carnavaleros se enorgullecen de que sus hijos sigan sus pasos como comparsistas y desde pequeños les inculcan el amor por esta afición. Sin embargo otros, en los cuales me incluyo, nunca hemos fomentado en casa el gusto por esta. Algunos dirán que soy una especie rara, porque si llevo en las venas esta toxina, por qué no la quiero para los míos. Pues bien, a lo largo de mi historia carnavalesca, he visto como un gran porcentaje de componentes, en comparsas y chirigotas, sobre todo, no terminaban sus estudios ni trabajaban en nada, y en cambio veía que con lo que ingresaban de contratos y premios con su agrupación, iban tirando para gastos y caprichos. Por su espíritu y alegría comprobaba que estaban muy cómodos y felices con su situación. A medida que los años pasaban veía como esas personas, conformadas con ese placentero estado, aún vivían en casa de sus padres sin más gastos y responsabilidades que un coche o una novia. Pero todo esto tiene un final y un día el carnaval no da para más porque vienen otros a ocupar tu territorio empujándote a la segunda fila. Empiezas a ser de segunda y te encuentras sin trabajo, sin preparación y sin estudios, que es lo peor. El veneno por esta afición es muy letal sobre todo para los más jóvenes si no están orientados y controlados por sus mayores. Conozco a muchos 'figuras' que reconocen que entrar desde niño en la fiesta fue una trampa mortal para ellos a la larga. Mientras duraba lo bueno, todo eran risas, copas, amigos y pasodobles. ¿Y ahora qué?
Es de justicia, decir que hay otros que sí han sabido compaginar ambas cosas, pero son casualmente la mayoría de los que han empezado en esta fiesta cuando ya eran adultos.
¿Casualidad o paternidad responsable?