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El BBVA prevé que España incumpla el déficit y el crecimiento
Los expertos de su servicio de estudios proponen actualizar las pensiones con un IPC sin incluir impuestos ni precios de la energía
MADRID. Actualizado: GuardarLas instituciones privadas mantienen sus divergencias con las proyecciones económicas del Gobierno. El servicio de estudios de BBVA prevé una caída de la actividad del 1,4% en 2013, idéntica a la que se registrará este año, frente al retroceso del 0,5% que mantiene el Ejecutivo. Y estima que el déficit de las administraciones se situará por encima del 7% del Producto Interior Bruto en 2012, incumpliendo el compromiso de Mariano Rajoy con los socios europeos, que implica contener los números rojos de las cuentas públicas en el 6,3% en el actual ejercicio.
Los directores Jorge Sicilia y Rafael Doménech, que expusieron la visión actualizada del servicio de estudios del banco sobre la situación de la economía, justificaron estas diferencias con el argumento de que el Gobierno seguramente toma en cuenta lo que está dispuesto a hacer, mientras que los trabajos de los expertos se basan en medidas adoptadas. Por ello animaron al Ejecutivo a intensificar su agenda reformista.
En concreto, propusieron que la actualización de las pensiones se lleve a cabo según la variación del Índice de Precios de Consumo sin tomar en cuenta ni la evolución de la energía ni el impacto de los impuestos. Explicaron que, al igual que sucede con los salarios, se entra en un círculo vicioso al computar factores que suponen transferencias de renta (al exterior, en el caso del petróleo y al sector público, en el de los tributos). «No tiene sentido subir el IVA para ajustar las cuentas públicas y aumentar las pensiones como consecuencia de ese incremento», argumentaron.
Los dos expertos endulzaron las diferencias con las proyecciones del Ejecutivo al constatar que, en el tercer trimestre de este año, «la caída de la actividad ha sido algo menos intensa de lo esperado». Atribuyeron esta mejora al «excepcional» comportamiento de las exportaciones, pero también al adelanto de gasto de los agentes económicos previo a la subida del IVA, al impacto del plan de pago a proveedores y a ciertos efectos positivos sobre el empleo que, a su juicio, ha podido tener la reforma laboral al alimentar las expectativas empresariales.
Pese a estas consideraciones, reconocieron que no habrá alivio inmediato para el mercado laboral. La proporción más alta de desempleados la reflejará la Encuesta de Población Activa del primer trimestre de 2013, y en algún momento de ese año se superará la tasa de paro del 26%, según sus proyecciones, cuando el Gobierno ha previsto que se limite al 24,3%.
Sobre el déficit, el servicio de estudios de BBVA mantiene la opinión de que el esfuerzo que España está realizando «es de tal magnitud» y se está llevando a cabo en una fase de tan fuerte deterioro económico que los socios europeos deben tomarlo en consideración. Doménech llegó a calificar de «inédito» el ajuste fiscal de 4,3 puntos de PIB en un solo ejercicio. Y aunque recomendó «alguna medida adicional» en los meses que aún restan del año 2012, para cerrar las cuentas en un déficit una o dos décimas inferior al 7%, lo ya conseguido constituye una prueba de que «la consolidación funciona, porque es el deterioro económico lo que retrasa los objetivos».
Punto de inflexión
Donde se ha producido el punto de inflexión, a juicio de los economistas de BBVA, ha sido en la crisis del euro. Aquella afortunada frase de Mario Draghi, cuando dijo que «se hará lo que sea necesario» para preservar el euro -evocó Jorge Sicilia-, así como su plan de compra de bonos, sumados a los movimientos de Europa, lentos pero continuados, hacia la unión bancaria, han permitido superar la fase aguda. La prima de riesgo de España, ahora ligeramente por encima de los 400 puntos básicos, seguirá cayendo lenta y paulatinamente para quedar en el entorno de los 300 puntos a finales del próximo año, vaticinó.
Mientras tanto, España ya percibe efectos positivos de la estrategia del BCE. Entre ellos, la recuperación de la inversión directa, una menor apelación a los fondos del sistema europeo de bancos centraes y la sustancial mejora registrada en el déficit corriente.
El servicio de estudios del BBVA es partidario de que España pida un nuevo rescate. «Si estuviera bien diseñado, no solo permitiría mejorar las condiciones de acceso del Tesoro al mercado, sino que supondría un factor positivo en términos de crecimiento económico», aseguraron sus expertos. Matizaron, no obstante, que si los condicionamientos impuestos fueran severos, podrían suponer una contracción adicional a corto plazo.