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El Gobierno aplaude que la UE cierre la puerta a una Cataluña independiente
La comisaria de Justicia, Viviane Reding, admite en una carta que Europa no puede reconocer una declaración unilateral de secesión
BARCELONA. Actualizado: GuardarEl Gobierno de Mariano Rajoy aplaudió ayer que la comisaria de Justicia, Viviane Redig, confirmase por escrito que una Cataluña independiente quedaría fuera de la Unión Europea.
Una semana antes de que Artur Mas viaje a Bruselas para presentar su plan de un estado catalán en el seno de la UE, el proyecto soberanista del Gobierno catalán recibió un jarro de agua fría precisamente desde la Comisión Europea. «La UE no puede reconocer una declaración unilateral de independencia de una parte de un Estado miembro», aclara Viviane Reding en la carta remitida al Gobierno español en respuesta a la misiva previa que le envió el secretario de Estado para la UE, Íñigo Méndez de Vigo. Más aún. De consumarse la secesión, añade la comisaria, el nuevo Estado -se llame Cataluña, País Vasco, o el que fuere- quedaría automáticamente fuera del club de los 27 y se vería obligado a «solicitar su adhesión». Y, por tanto, según el Tratado de la Unión, necesitaría que su ingreso fuera ratificado por unanimidad de los estados miembros, incluido España.
Méndez de Vigo se felicitó por la respuesta porque, a su juicio, «deja las cosas claras» y demuestra que Bruselas comparte el análisis del Gobierno de Rajoy. «A la gente hay que decirle la verdad: la UE no reconocerá jamás una secesión unilateral, ya que lo impide el artículo 4.2 del tratado», afirmó.
Con su carta, Reding no solo se rectifica a sí misma, después de que hace un mes afirmara en un diario sevillano que en ningún lugar estaba escrito que Cataluña tuviera que quedar excluida de la UE en caso de que se independizara, sino que debilita la estrategia de la Generalitat de vender su proyecto nacional como plenamente europeo. Un envoltorio, el europeo, que lo hace mucho más atractivo para los votantes menos soberanistas de CiU, que pudieran tener dudas y estar temerosos de que Cataluña dé pasos que no lleven a buen puerto. De hecho, una parte del empresariado está inquieto ante un posible aislamiento en caso de autodeterminación y, según un reciente sondeo de Rac1, la causa independentista caería casi 20 puntos si implicase la salida de la UE.
La carta, según Méndez de Vigo, desenmascara además los planes electorales de Mas, que para la oposición consisten en tapar los recortes, el «fracaso» de su gestión, el rescate -deberá comparecer en el Parlamento autonómico para dar cuenta de la aplicación del fondo de liquidez-, y los casos de corrupción bajo su proyecto soberanista. «El horizonte que pinta Mas no tiene nada que ver con la realidad», dijo el secretario de Estado, quien piensa que es bueno que «la gente sepa qué vota y en qué aventuras se mete».
Mas no se da por aludido
Desde la Generalitat no se dieron por aludidos por la carta de Reding y se escudaron en el hecho de que la UE aún no se ha pronunciado pública y oficialmente sobre el asunto, al margen de la misiva. El Ejecutivo catalán recordó además la reflexión que el vicepresidente de la Comisión, Joaquín Almunia, hizo hace una semana en Barcelona, cuando dijo que «no es honesto» afirmar de forma «taxativa» que una Cataluña independiente quedaría fuera de Europa. «Ciudadanos europeos somos todos, y una vez que eres ciudadano europeo tienes derechos como ciudadano», señaló Almunia. La Comisión evitó ayer pronunciarse sobre el asunto y expresó que solo emitirá un dictamen jurídico si lo solicita un gobierno.
En cualquier caso, desde CiU aclararon que la legislación comunitaria se refiere a los casos de declaración unilateral de independencia y esta posibilidad ellos dicen no contemplarla en su programa. La Generalitat y CiU no defienden la independencia ni utilizan ese término, sino que hablan de estado propio, de estructuras de estado y de interdependencia, según Duran Lleida, quien insinuó que ya avisó en su partido de que una Cataluña independiente puede ser vetada en la UE. Y es que la pertenencia a la Unión es un elemento capital para CiU. Si no tuviera la garantía de que el futuro estado catalán seguiría formando parte del club continental podría verse obligada a «replantearse» el proceso soberanista, según admitió la propia Generalitat, que cree que su proyecto no tiene sentido fuera de la estructura europea.
Duran planteó ayer que el diálogo con el Gobierno central será necesario y dudó de las decisiones unilaterales en torno a la consulta o la búsqueda de amparo internacional, como baraja Mas en caso de que no haya acuerdo con Madrid. «No nos podemos engañar -dijo-, aquí hará falta acabar hablando con el Estado» para lograr una reforma que permita una «convocatoria legal» de un referéndum de autodeterminación.