Una mujer vota en las elecciones de Sicilia. :: MARCELLO PATERNOSTRO / AFP
MUNDO

Revolución política en Sicilia

En las elecciones regionales se dispara la abstención, vence por primera vez la izquierda y el partido del cómico Grillo es el más votado

ROMA. Actualizado: Guardar
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Sicilia es un laboratorio político de primer orden para Italia, sus movimientos siempre anuncian tendencias nacionales y el mensaje de ayer tras las elecciones regionales, como se preveía, fue revolucionario para los partidos. Ante las inminentes generales de abril todo el mundo se ha puesto muy nervioso, como si fuera el principio del fin de un sistema al borde del colapso. Los datos sorprendentes y sintomáticos son muchos. Antes que nada, una enorme abstención, histórica. Solo el 47,4% de afluencia de 4,5 millones de electores, frente al 66,6% de 2008. El verdadero primer partido es el de los hastiados de la política.

El ganador, de todos modos, supone un hito. Es el candidato de la coalición de centroizquierda, Rosario Crocetta, con el 31% de los sufragios, y sería el primer gobernador no conservador desde la posguerra, en una tierra anclada en la tradición. También, y no menos relevante, el primero declaradamente antimafia. Fue el primero en hablar ayer de «revolución». No obstante no supera la mayoría absoluta de 46 escaños, anoche estaba a seis de esa barrera, y no está claro si puede forjar alianzas. En Sicilia son maestros en ello, pero Crocetta proclama que no se venderá a nadie. Antes, afirma, prefiere volver a las urnas. La ingobernabilidad es un riesgo real, y esa es otra advertencia para los próximos comicios generales si se repite un cuadro similar.

Pero quizá la mayor noticia sea el triunfo del Movimento Cinco Estrellas, el partido de la 'antipolítica' del cómico contestatario Beppe Grillo, que se ha convertido en primera fuerza de Sicilia con un 18% de los votos, dentro de un escenario de fragmentación, pues era el único en presentarse en solitario con Giancarlo Cancelleri. Pero es que ha salido de la nada. Es la consagración definitiva de Grillo y sus listas de ciudadanos jóvenes y anónimos, tras su primer aviso en las municipales de mayo, donde se llevó la alcaldía de Parma. En las generales podría llegar al 25% y está claro que ya no se le puede tachar de fenómeno pasajero. Para los partidos es la hora de tomarle en serio y quizá sea el detonante para terminar de aglutinar alianzas con el objetivo de contenerlo. Sin embargo lo tienen difícil, porque demonizar a Grillo no ha hecho más que darle votos.

En el resto de Italia bullen desde ayer análisis, pues los resultados tienen múltiples lecturas de calado. Tras un año de Gobierno técnico de Monti, la calle sigue lanzando un grito de hartazgo de los viejos partidos, sumidos en escándalos de corrupción y que no han sabido estar a la altura en estos meses para hacer las mínimas reformas que se esperaba de ellos.

Un experimento

Incluso la Mafia, clave oculta siempre decisiva, parece haber desertado de las urnas, pues no se lee ninguna movilización hacia un candidato. Sicilia es la tierra del famoso 61-0 de Berlusconi en las generales de 2001, cuando sacó todos los escaños en juego. Ayer solo votaron 46 presos de toda la isla. No obstante, para no perder las buenas costumbres, había hasta 32 candidatos bajo investigación en las listas, y muchos de ellos habían obtenido escaño. La delincuencia puede seguir envenenando la política siciliana, donde los dos últimos gobernadores han dimitido por sus relaciones con la Mafia.

En Roma solo brindaban ayer en el Partido Demócrata (PD), primera fuerza de oposición a Berlusconi, pues a fin de cuentas ha ganado su candidato, y se interpreta como el avance de su victoria en las generales, certificada por los sondeos. Pero no es tan simple. En Sicilia han vencido en alianza con la UDC democristina de Pierferdinando Casini, un acuerdo puntual a modo de experimento que al menos allí ha funcionado.