Rajoy acusa a Mas de «arrastrar» a los catalanes a un «dilema imposible»
Sostiene que el 'president' engaña a los ciudadanos de Cataluña porque la independencia «no paga nóminas ni facturas»
BARCELONA. Actualizado: GuardarMariano Rajoy cree que Artur Mas ha ido demasiado lejos con su pulso separatista. Y no porque tema que pueda lograr su objetivo de una Cataluña independiente, sino porque considera que los planteamientos «quijotescos» del presidente de la Generalitat puedan provocar una ruptura en la propia sociedad catalana a la que «arrastra al dilema imposible» de tener que elegir si renuncia a una Cataluña española y europea.
Más de un mes ha tardado el presidente del Gobierno en plantarse en Cataluña, como le solicitaba parte de su partido, y responder a los nacionalistas catalanes. Lo hizo ayer en Barcelona, durante la clausura de la 19 Intermunicipal del PP. Rajoy llevaba días preparándose este discurso. Evitó sus habituales rodeos para que su mensaje fuera lo más claro y conciso posible. No quería que se le interpretara mal, según confesó en su intervención. «¡Por fin!», exclamó un miembro de la dirección del PP ante las palabras del líder popular, que auguró con rotundidad inusual que no habrá ni fracturas, ni divisiones ni peleas. «Nada va a separar a los catalanes de lo que es suyo; Cataluña es España y España es también de los catalanes».
Fue una estrategia de palo y zanahoria. Rajoy recuperó su oferta para reformar el sistema de financiación autonómica, una aspiración, dijo, absolutamente humana. «Y como comprendo eso y lo entiendo, estoy y estaré siempre dispuesto a escuchar, hablar y negociar; siempre». Esta fue la zanahoria. A renglón seguido vino el palo. Acusó a Mas -al que no citó nunca- de «abdicar» de sus obligaciones como gobernante por temor a tener que aplicar nuevas medidas impopulares para sacar a Cataluña de la crisis.
En este bucle de una de cal y otra de arena, se mostró comprensivo con los «nervios y dificultades» que debe enfrentar un presidente en una coyuntura de crisis tan grave como en la actual. Pero esa encrucicijada, a juicio de Rajoy, no le otorga ningún derecho a engañar a los ciudadanos con promesas de que todo irá mejor con una «huida hacia la nada» o alimentando la idea de que fomentar la división entre catalanes y el resto de los españoles es la panacea.
Por ello retó a Mas a decir la verdad, a decir que «fracturar la cohesión de la sociedad catalana no pagará ni nóminas ni facturas». Todo lo contrario, añadió, este órdago «empobrecerá a sus compatriotas».
Rajoy dedicó también a Mas los mismos reproches que hizo desde la oposición al entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero. «Yo pensaba, y esto es duro, que los tiempos de frivolidad, levedad e irresponsabilidad se habían superado, pero parece que alguno sigue en esta estela», espetó. Una reflexión que le sirvió para exponer el rechazo que le provoca oír a un presidente proclamar que se saltará la ley a la torera, en referencia al anuncio de Mas de que convocará un referéndum indepedentista en Cataluña sin seguir los pasos que marca la ley y la Constitución. «Yo no me saltaré la ley -advirtió- porque es mi obligación como presidente del Gobierno y como demócrata».
Patrimonio
Sin llegar al alarmismo de Sánchez Camacho, que avisó de que en las elecciones catalanas del 25 de noviembre se juega el futuro de España como nación, Rajoy sí ponderó la importancia de unos comicios donde los catalanes, no sólo deciden quién se va a encargar de administrar el día a día, «sino buena parte de su patrimonio más querido». Además, se mostró preocupado por el hecho de que los votantes «se vean forzados a elegir si renuncian a una Cataluña española y europea y que en un sólo día pongan en tela de juicio una identidad de siglos y afectos compartidos entre personas».
Rajoy hizo hincapié en que lo que ofrece el PP es una Cataluña abierta en una España plural. «Un proyecto integrador, reformista y atractivo que nos devolverá nuestro lugar en el mundo». Un objetivo que quiso diferenciar de «los sueños» o quimeras soberanistas, como las definió el Rey. «La España que saldrá de la crisis será una España mucho mejor y la Cataluña de hoy será la primera en comprobarlo».