Economia

¿Por qué el BCE no mueve ficha?

MADRID. Actualizado: Guardar
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Hacia la medianoche del 7 al 8 de agosto de 2011, antes de la apertura de los mercados asiáticos, el consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) acordó de urgencia la compra de deuda pública española e italiana después de que la prima de riesgo del país transalpino rebasara los 400 puntos, y la española solo le fuera ligeramente a la zaga. La conmoción movilizó a bancos centrales de todo el mundo. El instituto emisor de la zona euro, todavía presidido por el francés Jean-Claude Trichet, activó entonces el Programa para los Mercados de Valores (SMP, por sus siglas en inglés), que estuvo vigente desde mayo de 2010 y consistió en compras de deuda pública sin condiciones.

La presión de los inversores aflojó temporalmente, para rebrotar con mayor intensidad meses más tarde. A medio camino, el BCE puso un parche a la extrema sequía de los mercados mayoristas del dinero con dos macrosubastas. Pero la situación se complicó aún más el pasado verano, cuando se acentuó el acoso a los países vulnerables, y la autoridad monetaria anunció que estaba dispuesta a llevar a cabo un programa de Operaciones Monetarias de Compraventa (OMC). El Estado que quiera disfrutar de esta protección tiene que pedirla.

¿Qué ha variado entre el primer programa de compra de bonos y el que ahora se propone? La primera fase de las adquisiciones de deuda se desarrolló sin exigir contrapartidas. Desde entonces, muchas cosas han cambiado. En la ofensiva especuladora que se intensificó a partir del pasado verano, España quedó por delante de Italia en el punto de mira de los agresores, el presidente del supervisor bancario europeo es ahora el italiano Mario Draghi, la oposición del Bundesbank ha aumentado y la decisión de relanzar las compras de deuda comporta, para los beneficiarios, el compromiso de cumplir unas condiciones estrictas.

¿Por qué necesita España que el BCE reactive un proyecto de adquisición de títulos? El Tesoro, y otros agentes económicos públicos y privados, necesitan financiarse a un precio mucho más bajo. Pueden aguantar unos meses, y hasta un año o dos, que el dinero cueste en España de tres a seis puntos porcentuales más que en Alemania, según los plazos. Pero este sobrecoste ya está pasando una gravosa factura, no solo a las cuentas públicas, sino también a la competitividad de las sociedades que luchan por seguir adelante en medio de una ya larga etapa de recesión. Bajar la prima de riesgo favorecerá a todos, afirman estos días empresarios y banqueros, que instan al presidente de Gobierno Mariano Rajoy a decidir sobre la petición de rescate cuanto antes. Hace muchos meses que las ofertas de financiación son inasumibles o inexistentes. Las emisiones de deuda privada de Irlanda, Portugal, Italia y España se han visto reducidas a mínimos dentro de la zona euro.

¿Por qué el BCE no quiere actuar solo? El artículo 123 de los Tratados de la UE prohíbe la financiación monetaria a los Estados miembros. Por eso, las nuevas OMC se realizarán cuando un país afectado haya solicitado previamente asistencia financiera a la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF) o al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), ya sea a través de un programa completo de ajuste o de otro precautorio como la Línea de Crédito con Condicionalidad Reforzada, que podría ser el elegido en el caso de España. Tanto el FEEF como la MEDE podrán comprar deuda directamente en las emisiones del correspondiente Tesoro.