Silvio Berlusconi, condenado a cuatro años por fraude fiscal
La primera sentencia del 'caso Mediaset', por una compra falseada de derechos televisivos, abre otra carrera contra su prescripción en 2014
ROMA. Actualizado: GuardarSilvio Berlusconi anunció el miércoles que no será candidato en las elecciones de abril en Italia, pero desde ayer está aún más claro que se presentará para sacar un escaño. Será el modo de huir con inmunidad parlamentaria de la Justicia, que ayer le condenó a cuatro años de cárcel por fraude fiscal en el proceso 'Mediaset', por compra falseada de derechos de películas para sus televisiones. Su otra pesadilla es el 'caso Ruby', donde está imputado por prostitución de menores y abuso de poder y que llegará a sentencia en diciembre o enero. Y tiene otros dos procesos abiertos.
El fiscal había pedido tres años y ocho meses y además el tribunal le condena a inhabilitación de cargo público por cinco años, una pena muy grave para un exprimer ministro. Considera su evasión fiscal «notabilísima», le ve «una capacidad natural para delinquir» y le obliga a dejar 10 millones de fianza en Hacienda. Berlusconi definió la decisión «política, increíble e intolerable. No se puede seguir así, debemos hacer algo, sin imparcialidad de los jueces un país deja de ser una democracia». También han sido condenados dos exdirectivos de Mediaset, su compañía audiovisual, y el empresario cinematográfico egipcio Frank Agrama, considerado un 'socio oculto' de Berlusconi en la trama de intermediarios ficticios ideada en los noventa para inflar el importe de la compra de películas de Hollywood y desviar dinero negro a paraísos fiscales. En total, el magnate habría acumulado así un fondo oculto de 270 millones.
Pero habrá que ver en qué queda todo esto. En Italia ya nadie se inmuta y en el extranjero casi lo mismo, pues ya se ha perdido la cuenta de los procesos de 'Il Cavaliere'. Las resoluciones en Italia no son definitivas ni efectivas hasta el tercer grado judicial del Supremo y, como siempre en el rico historial del líder de la derecha italiana, llegar al fallo final es una carrera contrarreloj. Por un lado, los abogados de Berlusconi y sus trucos, ayudados por los obstáculos legales que él mismo colocaba desde el Gobierno. Por otro, la fecha de prescripción del delito, meta de estas estrategias, que en seis casos ha acabado por invalidar sus procesos.
Nuevas complicaciones
En el 'caso Mediaset' la prescripción llegará en abril de 2014, un tiempo justito. Ha requerido diez años de investigaciones y seis de juicio, torpedeado continuamente por las tretas de 'Il Cavaliere'. Por ejemplo, estuvo un año parado por una de sus leyes de inmunidad, luego declarada inconstitucional, y después desertaba las vistas alegando «legítimos impedimentos» institucionales. Al final las sesiones se celebraban solo los sábados. En cuanto al juicio de 'Ruby', al ser uno de los pocos líos en que le han pillado casi en tiempo real y con una instrucción rápida, hay tiempo hasta 2020.
Hay una complicación más. El Constitucional debe aún resolver un contencioso surgido en 2010, cuando los jueces denegaron el aplazamiento de una vista tras una de las alegaciones de «legítimo impedimento» de Berlusconi. El Parlamento, controlado por el magnate, presentó un conflicto de atribuciones. Cuando el Constitucional debe pronunciarse sobre un proceso se suele esperar a dictar sentencia, pero esta vez no ha sido así. El riesgo es que si al final le dan la razón a Berlusconi el fallo quede anulado y deba repetirse el juicio desde la fecha del litigio. En Italia todo es posible y significaría su fin, pues la prescripción sería segura.