Griñán deja la puerta abierta a disputar el liderazgo del PSOE

Las espadas están en alto y nadie parece dispuesto a envainarlas. Apenas veinticuatro horas después de que su número dos diera por buenas las explicaciones de Alfredo Pérez Rubalcaba sobre la debacle electoral del País Vasco y Galicia, José Antonio Griñán eludió ayudar a cerrar una crisis en la que él tiene un singular peso específico. El líder de los socialistas andaluces, y presidente del PSOE, afirmó ayer que no ve en el horizonte un congreso extraordinario para sustituir al actual secretario general pero, si se da el caso, no descartó dar un paso al frente para tomar las riendas de la oposición.

«Nunca sé lo que voy a hacer hasta que llega el momento, y las condiciones me condicionarían todo absolutamente -reveló-, pero en este momento mi apoyo es para la actual ejecutiva». Con esta declaración, realizada tras mucho dar vueltas al asunto en la Cadena Ser, el presidente de la Junta de Andalucía se puso de manera indirecta a disposición de quienes cuestionan, ocho meses después del congreso de Sevilla, que Rubalcaba sea la persona adecuada para pilotar la recuperación del espacio social perdido.

Griñán también apuntó, en todo caso, que no ve muy factible la «hipótesis» de que sus compañeros de partido le reclamen ahora para esa tarea. «Veo a Rubalcaba asumiendo su responsabilidad siempre; jamás voy a asumir la responsabilidad de nadie», llegó a decir.

Incluso afirmó que tampoco «el día después» de las elecciones al Parlamento de Cataluña, en las que se espera un resultado devastador para el PSC, parece probable la celebración de un nuevo congreso, aunque dejó en el aire un misterioso «el día después es el día después». «Hacer ahora reflexiones orgánicas es un error -subrayó-. Hay un problema de credibilidad y de confianza en el partido, pero eso es otra cosa».

Sin embargo, su deliberada ambigüedad da alas a la revuelta. A pesar de que, oficialmente, los críticos estan dispuestos a conceder una tregua a la dirección federal hasta que pasen los comicios catalanes, es difícil esconder la convulsión que vive el PSOE y apenas pasa un día sin un nuevo sobresalto. Griñán al margen, también el ex secretario general de Castilla-La Mancha, José María Barreda, volvió al ataque con la idea de que urge dar un golpe de timón y conminó a Rubalcaba a convocar «cuanto antes» unas elecciones primarias para elegir al candidato socialista para las próximas generales.

Sospechas

«La iniciativa le corresponde al secretario general -convino en una entrevista en Antena 3-. Le aconsejaré que no se demore mucho». Barreda, que mantiene una gran amistad personal con Carme Chacón y, como el presidente andaluz, la apoyó en sus aspiraciones para liderar el partido, deslizó la sospecha de que en Ferraz se pueda intentar maniobrar para poner trabas a la democracia interna. «Manejemos los tiempos, pero no nos distraigamos tanto como para que al final no sea posible celebrar primarias», dijo. Son muchos los críticos que temen que en España acabe pasando como en Galicia y Cataluña, donde los adelantos electorales cogieron al PSdeG y al PSC con el pie cambiado y sin tiempo para convocar primarias.

En el equipo de Alfredo Pérez Rubalcaba insisten en que se cumplirán los estatutos del partido y acusan a quienes perdieron la batalla de Sevilla de montar «mucho ruido» sin fundamento alguno. Lo cierto es que si solo es ruido, a Ferraz le está costando amortiguarlo y todo apunta a que las cosas irán a más.

Algunas fuentes aseguran que Chacón prepara su reaparición y que es probable que la próxima semana haga algún pronunciamiento. Aun así, existen dudas incluso entre sus fieles sobre el impacto que puede tener en su imagen, y en sus opciones, la posición del PSC en el debate territorial.