Amnistía denuncia la brutalidad de la Policía al reprimir las manifestaciones
Los sindicatos policiales rechazan el informe de la organización humanitaria por ser «falso», «parcial» y «poco riguroso»
MADRID. Actualizado: Guardar«No golpeen a los manifestantes». Este es el mensaje que lanzó ayer Amnistía Internacional durante la presentación de un informe elaborado sobre la base de testimonios recogidos en España, Grecia y Rumanía, y en el que se denuncia el excesivo uso de la fuerza por parte de la Policía en las protestas contra los recortes adoptados por los Gobiernos.
La organización aprecia un patrón común. Junto al aumento de la represión injustificada contra manifestantes pacíficos, detecta un mayor número de detenciones arbitrarias o la obstrucción al acceso a la asistencia médica de las personas heridas en las concentraciones.
Ante estas situaciones, Amnistía exige a las autoridades poner fin a la impunidad con la que, asegura, actúan los agentes. Según expone, «no se investiga ni castiga el uso excesivo de la violencia por parte de las fuerzas de seguridad y cuando se inician las investigaciones quedan archivadas al no poderse identificar a los policías». Por ello, la organización reclama que los antidisturbios vayan identificados, como establece la ley, para que puedan ser denunciados en caso de abusos.
La organización defensora de los derechos humanos también critica el uso de las denominadas 'armas no letales'. En especial, las pelotas de la goma que llegan a alcanzar una velocidad superior a los 200 metros por segundo. Según los datos facilitados durante la presentación del informe, en los últimos diez años las pelotas de goma han causado en España dos muertos y 50 heridos graves, 23 de los cuales han perdido un ojo a causa del impacto. «Deben ser disparadas a una distancia mínima de 50 metros y contra el suelo para que reboten y pierdan fuerza, pero en las imágenes de las manifestaciones vemos que los antidisturbios no siempre respetan estas reglas», señala la organización.
«La Policía cumple con una labor difícil que a veces requiere el uso de la fuerza pero entre sus funciones también está la de asegurar el respeto de los derechos de los ciudadanos, y el de manifestación es uno de ellos», apuntó ayer la directora adjunta de Amnistía en España, Eva Suárez-Llanos. Como medida de presión anunció una campaña en Internet para frenar los abusos de fuerza durante las manifestaciones. A modo de conclusión, la organización destaca que «los gobiernos deben dejar claro a sus fuerzas encargadas de hacer cumplir la ley que no se tolerarán los abusos, que todas las denuncias sobre brutalidad policial serán debidamente investigadas y que se obligará a los responsables a rendir cuentas».
«Mínima parte»
Los principales sindicatos policiales respondieron de inmediato para descalificar las acusaciones lanzadas desde la organización humanitaria, a la que acusaron de emitir un juicio «falso», «parcial» y «poco riguroso». El mayoritario Sindicato Unificado de Policía destacó que en la actualidad no hay ningún agente condenado por detención ilegal u obstrucción a la asistencia sanitaria, prácticas que el informe da por frecuentes en las manifestaciones en España. Destacó asimismo que en las concentraciones en las que se producen enfrentamientos, «una mínima parte de las miles que se celebran cada año», el mayor número de heridos siempre se registra entre los efectivos de las fuerzas de seguridad.
La Confederación Española de Policía denunció a su vez que el informe de Amnistía «está plagado de parcialidad, huérfano de estadística oficial alguna y desprecia gravemente los parámetros objetivos que cualquier investigación sería requeriría». El sindicato no duda tampoco en calificar a la organización como «un colectivo que ha hecho de la mentira su máxima y abraza el amarillismo».
Este sindicato recuerda que entre los 64 heridos registrados durante los pasados disturbios del 25S en torno al Congreso, 39 de ellos fueron agentes, entre los que se incluye a uno que perdió un ojo al recibir una paliza por parte de un grupo de manifestantes.