El presidente del BCE, Mario Draghi, llega al Bundestag para dar explicaciones ante los parlamentarios alemanes. :: JOHANNES EISELE/ AFP
Economia

Draghi disipa dudas en Berlín para la compra masiva de deuda española

El inminente acuerdo de Grecia con la 'troika' despeja el camino para que España pida el rescate y dispare la intervención del BCE

BERLÍN / BRUSELAS. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El presidente del BCE, Mario Draghi, acudió ayer al Bundestag para intentar convencer a los parlamentarios alemanes de la trascendencia de su plan para la compra masiva de deuda soberana. El jefe del banco central trató de desmontar todos los miedos de los diputados, que mostraron sus recelos por el riesgo de que se eleve la inflación o se acabe financiando directamente a los países. Tras el encuentro, se escucharon reacciones tan entusiastas como que el exgobernador italiano es «un prusiano del Sur de Europa». La sesión fue crucial para España porque su rescate, que se traduciría en la adquisición ilimitada de bonos, depende en gran medida de que el Parlamento germano disipe todas sus dudas.

Draghi protagonizó una jornada singular en el Bundestag, donde se reunió a puerta cerrada con los comités de Presupuesto y Asuntos Exteriores. Durante dos horas, el jefe del BCE contestó a las preguntas de los diputados, una situación que ya se vivió en 2010 con el primer rescate griego. Entonces, se sometieron al interrogatorio Jean-Claude Trichet, predecesor de Draghi en el eurobanco, y Dominique Strauss-Kahn como antiguo responsable del FMI. El único tema de la agenda fue el plan para la compra masiva de deuda. Aprobado a principios de septiembre, este programa se diseñó a la medida de España e Italia. El único requisito obliga al país beneficiario a solicitar primero el rescate, lo que conllevaría condiciones en materia de ajustes y reformas.

El jefe del BCE se metió en la boca del lobo decidido a acabar con la oleada de críticas que provocó su plan en Alemania. Para ello, optó por dar la cara pese a que los parlamentarios más reacios han coqueteado con pedir su dimisión. «Cualquiera que utilice la política monetaria para financiar a los países, tal vez no debería ser el responsable del banco central», proclamó el liberal Frank Schäffer antes de la reunión. Draghi, que también tuvo que afrontar una pequeña protesta de euroescépticos frente al Bundestang, se concentró en rebatir todos los argumentos en su contra. En su primera andanada, remarcó que la adquisición de bonos «no dispararía la inflación ni tampoco comprometería la independencia» de la entidad.

El alza de los precios, ese histórico miedo germano, ha sido esgrimido con insistencia por los detractores de Draghi. Encabezados por el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, estas voces consideran que la compra de deuda sería «peligrosa» y cercana a la financiación de los gobiernos, una medida expresamente prohibida en los estatutos del BCE. El exgobernador italiano negó que su plan suponga una ayuda «oculta» para los países y recordó que una diferencia excesiva en las primas de riesgos resulta «inaceptable» dentro de una unión monetaria. Según precisó, no se puede tolerar que los inversores teman una posible «fractura» del euro porque se generan graves turbulencias en los mercados.

«Ayudante de emergencia»

Tras la sesión parlamentaria, el veredicto no fue unánime, pero la sensación general apuntó a una convincente actuación de Draghi. El mayor aplauso procedió de Norbert Barthle, experto presupuestario de la CDU de Angela Merkel. A su juicio, el responsable del banco central «impresionó» con sus explicaciones. La oposición socialdemócrata, que ha apoyado los rescates de los socios periféricos, reconoció el valor de las explicaciones y aprovechó para criticar a la canciller. Un miembro del SPD subrayó que el organismo monetario se había convertido en el «ayudante de emergencia» después de «los errores políticos» de la líder conservadora.

España fue el telón de fondo de la cita de Draghi. Distintos analistas sostienen que Alemania no se ha decidido a respaldar el rescate español por las dudas que genera en el país la intervención del BCE. Ayer, el presidente de la entidad contribuyó a eliminar estos recelos, aunque todavía quedan algunos obstáculos en el camino. A un año para las elecciones, Merkel prefiere no acudir al Parlamento con un goteo de ayudas para distintos países. Ante esta situación, busca un escenario en el que los salvavidas de España, Grecia y Chipre puedan votarse en un mismo paquete.

El panorama podría aclararse próximamente porque la solución griega se encuentra a la vista. El ministro de Finanzas heleno, Yannis Stournaras, anunció ayer que ya se había alcanzado un acuerdo con la 'troika' formada por la Comisión, el BCE y el FMI.