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Rubalcaba contraataca y activa el comité de expertos sobre el modelo de Estado
Busca definir cuanto antes su propuesta federalista tras constatar la crisis del debate territorial en el 21-0
MADRID. Actualizado: GuardarAcción; reacción. El batacazo electoral en Galicia y el País Vasco no obrará cambios bruscos en el PSOE, al menos no a corto plazo, pero ya ha tenido un primer efecto. Alfredo Pérez Rubalcaba pidió el lunes a Ramón Jáuregui que convocara sin más dilación al grupo de trabajo que debe sentar las bases del futuro discurso territorial del partido. Veinticuatro horas después, la reunión ya estaba en marcha en la sede de Ferraz.
Los socialistas son conscientes de que el debate sobre el modelo de Estado es uno de sus principales retos y una asignatura difícil de superar. Cada vez que ese ha sido el eje de una contienda electoral, el PP ha salido fortalecido y ellos perjudicados. «Nosotros no tenemos alternativa», reconoce un dirigente con años de estrategia electoral a sus espaldas. Ahora, urge encontrarla.
El secretario general ya había encomendado a Jáuregui hace meses una de las tareas más ambiciosas en su proyecto de reconstrucción del PSOE: la elaboración de una propuesta reformista profunda, una vuelta de tuerca a las posiciones socialistas en asuntos tan relevantes como el funcionamiento de los poderes del Estado; la relación con la Iglesia; el papel de la Corona; la inmigración e incluso la soberanía nacional en la UE. Tenía que estar listo para una gran conferencia política a finales de 2014. Demasiado tarde. Según Patxi López, será en febrero.
La número dos del partido, Elena Valenciano, avanzó tras la reunión de la ejecutiva que analizó el castigo en las urnas -un 40% de votos menos en Galicia y un 33% en el País Vasco- que se irá «más deprisa y más a fondo». Y la reunión, ayer por la tarde, del grupo de trabajo que lleva el nombre de 'Modelos territoriales y federalismo', camina en esa dirección.
Uno de los reproches que se han vertido desde algunos territorios contra la dirección federal era, precisamente, el de falta de brío en la respuesta a un asunto tan candente como la organización territorial del Estado en un momento en el que Cataluña hierve. «Ya hemos concluido que somos federales; pero el día que digamos qué significa eso a lo mejor decido que prefiero ser independentista», decía con sorna hace unos días uno de los miembros más jacobinos de la ejecutiva.
«Nos falta un discurso unitario y nos faltan foros de discusión -se lamenta el líder de una de las principales federaciones-; así se explica que cuando vamos a la Conferencia de Presidentes resulta que el único enfrentamiento se da entre dos socialistas (el andaluz José Antonio Griñán y el asturiano Javier Fernández) a cuenta del modelo de financiación autonómica».
Grupo de reflexión
La ausencia de concreción fue aprovechada por el líder de los socialistas andaluces para marcar perfil. Muchos en el PSOE temen que tras su reivindicación de un papel protagonista de Andalucía en los debates nacionales exista un deseo de debilitar la figura de Rubalcaba. El hecho es que, al margen de la dirección federal, Griñán -defensor de Carme Chacón en el 38º Congreso- puso en marcha el sábado su propio grupo de trabajo para elaborar una propuesta de federalismo cooperativo. Y lo mismo preparaba ya el valenciano Ximo Puig.
La postura del partido, sin embargo, surgirá a partir de la propuesta coordinada por Jáuregui. De su grupo de reflexión forman parte Manuel Chaves -también presente en el comité andaluz-, el secretario de Política Autonómica del PSOE, Antonio Hernando, el exvicepresidente extremeño Ignacio Sánchez Amor, el exministro de Justicia Francisco Caamaño y una docena de catedráticos y profesores de Derecho Administrativo y Constitucional, como Francisco Velasco, Mariano Bacigalupo, José Antonio Montilla, Joaquín Torres, Tomás de la Quadra, Juanjo Solozábal, Elisendo Aja, Ana Redondo o Javier Tajadura.
Por aquí va el debate socialista de luces largas, el de contenido ideológico. El otro es más complejo y aún quedan muchos episodios por ver. Por lo pronto, Rubalcaba también ha metido el 'turbo' en su rendición de cuentas y no esperará al lunes para hacer balance de lo ocurrido en las elecciones, como se había anunciado. El hecho de que compareciera el lunes siguiente a las elecciones andaluzas y asturianas, vendidas como una victoria, y no lo hiciera en tiempos de derrota, como en esta ocasión, le había granjeado muchos reproches internos.