Urkullu se inclina por gobernar en solitario y pactar asuntos concretos
El PNV tiene previsto mantener reuniones con todas las fuerzas políticas antes de hacer público si elige la fórmula monocolor
BILBAO. Actualizado: GuardarEl PNV no hará pública la fórmula que tendrá su futuro Gobierno, monocolor o coalición, hasta que concluya la ronda de conversaciones con el resto de los partidos que formarán el Parlamento de Vitoria y que arrancará en breve. En privado, sin embargo, los nacionalistas aseguran que Iñigo Urkullu solo tendrá consejeros del PNV o a lo sumo independientes, y en ningún caso buscará un socio para gobernar.
El próximo lehendakari, que en unos dos meses se convertirá en el quinto gobernante vasco desde la restauración de la democracia, telefoneó ayer a los líderes de EH Bildu, PSE, PP, y UPyD para emplazarles a los encuentros. También mantuvo las primeras conversaciones con Mariano Rajoy, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el presidente de la Generalitat y líder de CiU, Artur Mas.
Urkullu, que analizó con los miembros de la dirección del PNV los resultados y las estrategias inmediatas, echó a rodar el proceso con la tranquilidad que le da la incontestable victoria de su partido, el mejor resultado de las siglas en solitario, con reconquista de feudos de EH Bildu incluida. Y saber que, ocurra lo que ocurra en las negociaciones, sus 27 escaños serán sufientes para lograr la investidura y que el PNV está en disposición de poner en marcha un Ejecutivo monocolor, que es la aspiración primera y real de los nacionalistas.
El vencedor de las elecciones no solo tiene la iniciativa para la formación de Gobierno sino que será quien marque los tiempos. Juega con dos ventajas que le eximen de la obligación de buscar una coalición. No hay mayoría alternativa que haga peligrar su investidura, ya que la única matemáticamente posible es impensable. Exigiría que PSE y Bildu pactasen un candidato común. Y, por otro lado, los electores tampoco han permitido una mayoría absoluta de izquierdas entre los socialistas y los radicales abertzales, tan temida por el PNV durante la campaña, que podría haber ejercido de 'pinza' a un Gobierno de Urkullu en asuntos de política económica o social. Para juntar estos 38 escaños ambos partidos necesitarían la muy improbable connivencia de un tercero, el parlamentario de UPyD. Una posibilidad tan remota que facilita al futuro lehendakari la política de pactos.
Presupuestos urgentes
En su contra tiene que deberá arrancar con la elaboración acelerada de unos Presupuestos para 2013 que contendrán ajustes duros y recortes, y que, según la disposición o no a la colaboración que muestre el resto de los partidos, podrían condicionar que opte por gobernar con pactos puntuales o se vea arrastrado a la búsqueda de un socio estable. De hecho, el presidente del PNV en Vizcaya, Andoni Ortuzar, pese a recordar a todos que los acuerdos para la salida de la crisis y el fin de ETA se deberán compatibilizar con la «construcción nacional», abogó hoy por la «estabilidad» institucional y por pactos para «los grandes retos de país y la gobernabilidad».
El resto de formaciones, en especial las dos que sumarían mayoría con los nacionalistas, PSE y Bildu, están a la espera. Ninguna se ha desmarcado ni de las conversaciones ni de la posibilidad de alcanzar acuerdos con el PNV. Esperan a saber qué es lo que propone Urkullu para determinar si es posible pactar y en qué, o si se convierten en oposición con todas las consecuencias.
El líder los socialistas vizcaínos, José Antonio Pastor, dijo ayer que, «en principio», los electores han colocado al PSE en la oposición, pero también advirtió de que un Ejecutivo en minoría tiene «luces y sombras» porque es débil y reclamó con urgencia «un Gobierno estable y con Presupuestos». La cabeza de lista de EH Bildu, Laura Mintegi, señaló que todavía es pronto para decir si darán algún tipo de apoyo o cerrarán algún pacto con Urkullu, pero sí que colocó por delante que «solo habrá acuerdos a cambio de hacer una política de país, desde el punto de vista nacional y económico».