PAN Y CIRCO

RATIFICADO

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Monteagudo debe estar tranquilo. Gaucci aseguraba en la SER que seguirá, pase lo que pase esta temporada. Dice que esto es un proyecto a largo plazo y el entrenador es quien mejor representa lo que quiere el máximo dirigente deportivo. Esta ratificación llega en un momento clave y delicado en el que le guarda las espaldas a su hombre. El italiano hace bien en salir a la palestra, no se esconde nunca y eso es de agradecer. Los tópicos de fútbol, algunos cargados de razón, avisan que la ratificación suele ser la antesala de una destitución. A pesar de ello parece que no será así y que esa confianza es plena. El tiempo dirá que hay de cierto en ello y veremos lo que pasa si la grada se vuelve al palco. Más allá de eso, las declaraciones del italiano solo pueden tener un efecto positivo en el protagonista y en los jugadores que ven como su técnico no camina por el alambre dotando de tranquilidad al vestuario. Ahora le toca a Monteagudo y a sus muchachos dar la cara. Y sobre todo espero que no tengamos que escuchar nunca en zona mixta aquello de «nos falta intensidad», pues es un pecado capital para cualquier futbolista, además de una falta de respeto al que paga.

Toca desmelenarse de una vez y demostrar que se puede optar a lograr algo importante. Ya ha debido quedar claro que esta plantilla es, sobre el papel, inferior a la del año pasado pero eso no debe ser una excusa. Este Cádiz compite consigo mismo y con sus rivales de grupo, no con el equipo de la temporada pasada en la que, por cierto, no se consiguió el objetivo. Hay que crecer, pero debe ser ya para que no se escape la cabeza.

Al cierre de esta columna permítanme girar el argumento y rendir homenaje a un hombre bueno que se marchó. Luis Charlo Brea fue entre otras muchas cosas cadista y atlético por los cuatro costados. Ahora verá el fútbol desde arriba, con Manolito, como en los años gloriosos de Primera.