ESPAÑA

El 'capo' que quiso ser filántropo

Gao Ping Empresario mecenasSe convirtió en el empresario chino más poderoso de España gracias al boom de sus tiendas

MADRID. Actualizado: Guardar
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Gao Ping, el supuesto 'capo' de la mafia desarticulada, es también el empresario chino más poderoso e influyente de España. Nadie se atreve a calcular su patrimonio y, aunque buena parte de las naves del polígono de Cobo Calleja es de su propiedad y a pesar de que sus empresas exportan a 110 ciudades de España y Europa, su faceta más conocida hasta ahora no era la de hombre de negocios de éxito, sino la de filántropo y mecenas del arte chino en España.

Casado y con tres hijos, nació hace 45 años en Hang Zhou, en la provincia de Zhejiang, en una familia de larga tradición de empresarios internacionales. En 1989 desembarcó en Sevilla, donde su familia tenía restaurantes desde la década de los 60. Y desde allí dio el salto a la importación y distribución de mercancía de bajo coste venida de China, coincidiendo con el boom de los 'todo a cien'.

El negocio del menaje 'made in China' le llevó a la cumbre y a codearse con algunas de las principales autoridades del país. De hecho, en una de sus web exhibe fotos en actos junto al Rey, con Juan Antonio Samaranch o Miguel Ángel Moratinos.

Gracias a su inmensa fortuna cultivó su pasión por el arte, un gusto que, incluso sus enemigos, reconocen. En su vertiente de filántropo se marcó el objetivo de hacer de «puente» entre España y China a través de la cultura. En 2007 fue el principal padrino de la creación de la Fundación de Cultura y Arte. Poco después abrió la galería Gao Magee, junto al Museo Reina Sofía de Madrid, en la que se exhibe la obra de jóvenes artistas chinos.

Es suyo también el reputadísimo Centro de Arte Contemporáneo Iberia de Pekín. Sus galerías son asiduas a la Feria de Arte Contemporáneo (ARCO) y en la Casa Asia de Madrid. Y es el principal mecenas de la revista Art in China. Sus colaboraciones con el Ayuntamiento de Fuenlabrada, donde se ubica Cobo Calleja, eran continuas. Pretendía convertir el municipio en «trampolín» del arte Chino en occidente.