Joaquim Barbosa, durante el caso 'mensalao'. :: AFP
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El 'verdugo' de los fieles de Lula, primer presidente negro del Supremo de Brasil

BUENOS AIRES. Actualizado: Guardar
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Ganó popularidad como juez instructor de la causa 'mensalao', que sentó en el banquillo a una treintena de políticos brasileños por corrupción. En el marco de ese histórico proceso, Joaquim Barbosa se transformó ayer en el primer presidente negro del Supremo Tribunal Federal de su país. Ahora Brasil tiene ya su primera mujer, Dilma Rousseff, a cargo del poder ejecutivo, y el primer descendiente de africanos a la cabeza del poder judicial, todo un símbolo de progreso en un país donde el 51% de la población desciende de esclavos.

La historia de Barbosa conmueve. El mayor de ocho hijos de una familia humilde del estado de Minas Gerais, estudió Derecho mientras trabajaba en el área de limpieza de un tribunal y en la imprenta del Senado. Su padre era albañil y su madre, ama de casa. Más tarde completó su formación de posgrado en París, Nueva York y Los Ángeles. Habla francés, italiano, inglés y alemán. Pero nunca olvidó sus orígenes. «Yo luché y lo conseguí. Pero sé que otros en las mismas condiciones, con la misma voluntad, no lo consiguieron, porque el sistema educacional crea mecanismos poderosos de exclusión de los negros», denunció. Poco antes, había advertido de que «el sistema penal brasileño penaliza, y mucho, principalmente a los negros».

Su nombramiento como jefe del Supremo a los 58 años «significa mucho para mí», admitió. «Es un hecho extraordinario. Me siento muy feliz, muy honrado de ocupar la presidencia de uno de los tres poderes del Estado», remarcó. La presidencia recae siempre en el magistrado de mayor antigüedad, pero el cargo es votado por sus pares, que respaldaron a Barboda de forma unánime. El juez había sido designado para integrar la corte en 2003 por el entonces presidente Luiz Inacio Lula da Silva.

Por aquellos años, Lula, con una biografía parecida de ascenso social, no podía imaginar que aquel hombre sería el 'verdugo' de sus colaboradores más fieles. Como instructor del 'mensalao', Barbosa se lució con argumentos explicados de modo sencillo -y televisados- que llegaron a millones de brasileños que lo ungieron como adalid contra la corrupción. Su voto arrastró a sus colegas a decidir la condena del exhombre fuerte del Gobierno de Lula, José Dirceu, y otros altos dirigentes. Los organizadores del Carnaval ya prevén que la máscara del juez negro será una de las más vendidas.