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El robo del cadáver del líder de los 'Zetas' levanta una polvareda política en México

LA HABANA. Actualizado: Guardar
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Heriberto Lazcano Lazcano, alias 'El Lazca', líder absoluto del grupo criminal los 'Zetas', cuyo cadáver fue robado el domingo de una funeraria por unos desconocidos, era el segundo en el escalafón del hampa, solo superado por Joaquín 'el Chapo' Guzmán. La muerte de Lazcano en un brutal enfrentamiento con la Marina mexicana es uno de los mayores éxitos cosechados por el presidente Felipe Calderón contra el crimen organizado. Sin embargo, el robo de su cadáver ha desatado una polémica en el país azteca por los evidentes fallos en el procedimiento seguido para identificar y cuidar los restos.

Muchos expertos se preguntan cómo es posible que si 'El Lazca', también conocido como 'El Verdugo', era el segundo capo más buscado del país tardaran 32 horas en identificarlo. O por qué si la Marina tenía «indicios» sobre su identidad entregó el cuerpo a la Policía local del municipio -dónde hace días se fugaron a plena luz del día más de 130 reos de la cárcel- en lugar de hacerlo a la Procuraduría de la República, que tiene muchos más medios.

Según explican conocedores de los estatutos de los 'Zetas', regidos con disciplina militar al ser la mayoría desertores del Ejército, sus restos solo pueden ser enterrados por correligionarios. El grupo nació como brazo armado del Cartel del Golfo, pero se independizó provocando una guerra sangrienta entre los carteles, que se ha cobrado 60.000 muertos en seis años. Los 'Zetas' son la segunda mayor organización del narcotráfico en México.

Golpe al grupo

La muerte Lazcano es un duro golpe para el grupo. Según el autor de 'La Guerra de los Zetas', Diego Osorno, «hay un fin de ciclo» que representa el «fin de una generación y el principio de otra». En su opinión, «no solo le pega a la parte más cerebral de la una organización sino que muere una de sus figuras de cohesión».

Las autoridades mexicanas responsabilizan a los 'Zetas' de crímenes atroces como el secuestro y asesinato en el estado de Tamaulipas de 72 inmigrantes centroamericanos, que viajaban hacia Estados Unidos, la ejecución de 27 jornaleros el 15 de mayo de 2011 en la finca 'Los Cocos', al norte de Peten (Guatemala) o del atentado al casino Royale de Nuevo León donde murieron 52 personas el año pasado. Precisamente el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, fue de los primeros en felicitar a Calderón, que confía en que el golpe sea tan grande «que no les permita seguir actuando».