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Chávez sigue pero Venezuela es otra
El presidente bolivariano obtiene seis años más para atender las demandas aún pendientes
LA HABANA. Actualizado: GuardarEl domingo hubo muchos vencedores en Venezuela. Hugo Chávez volvió a ganar, en un triunfo cómodo que le garantizó su tercera reelección y un cuarto mandato para completar, si la salud se lo permite, 20 años de gobierno. A la oposición tampoco le fue tan mal, porque con Henrique Capriles acortó diferencias. Un tercer ganador fue la participación del 80,94%. Y el cuarto, la transparencia en la consulta, alabada tanto por el oficialismo como por sus adversarios.
El candidato-presidente recibió un apoyo de 7,7 millones de votos (54,66%). Su adversario, Henrique Capriles, se quedó en el 44,73%. Una diferencia de diez puntos, como apuntaban la mayoría de las encuestas. Pero los 6,3 millones de sufragios cosechados por el representante del antichavismo exigen una lectura más profunda.
El controvertido gobernante seguirá en Miraflores después de haber tenido que hacer autocrítica por los «errores» cometidos. La madrugada de ayer, frente a enfervorecidos simpatizantes, Chávez tendió la mano a quienes no están de acuerdo con políticas que se traducen en planes sociales para disminuir la pobreza y la miseria -que él prometió «llevar a cero» entre 2013 y 2019- pero tampoco con medidas centralistas que atemorizan a la iniciativa privada por el favoritismo de la economía estatal.
Capriles basó su campaña en subrayar esas fallas. La población reclama viviendas, reducir la inseguridad que alcanza una de las tasas más altas del mundo, controlar la elevada inflación -también entre las más desbocadas de Latinoamérica- y disminuir el desempleo.
Chávez tuvo presentes los asuntos pendientes en su discurso triunfal. «Me comprometo a ser mejor presidente de lo que lo he sido en estos años». Se mostró conciliador, llamó a la unidad «a los sectores de la oposición» y agradeció a sus adversarios que mantuvieran la calma y no se prestaran «al juego» de los elementos que buscaban desestabilizar el país. A diferencia de otras citas electorales, ningún dirigente opositor habló de fraude. El oficialismo no lo necesita.
«Hay que saber perder»
Poco antes fue Capriles quien con la desilusión en el rostro admitió la victoria de «la otra opción». «Para saber ganar hay que saber perder», dijo en varias ocasiones. Agregó que, como católico practicante, sabía que «los tiempos de Dios son perfectos» y recordó que pertenece a la generación de «dirigentes jóvenes». «Tengo 40 años», recordó, en una suerte de promesa de futuro. Los analistas sostienen que Chávez, de 58 años y que lidia con un cáncer que dice haber superado, «intentará consolidar su revolución», pero «se enfrenta ahora a un 45% de oposición que votó por una alternativa que no puede ser desconocida ni minimizada. Esto plantea una nueva relación oposición-Gobierno», explica el presidente de la firma Datanálisis, Luis Vicente León. Con la victoria de Chávez también respiró América Latina, donde sus 'petrodólares' le han abierto un liderazgo indiscutible.
En Cuba, uno de sus principales socios políticos y receptor de 100.000 barriles de crudo diarios a precios verdaderamente preferentes, un comentarista de televisión aseguró que el triunfo del líder bolivariano «es el de todos los cubanos». Según Luis Vicente León, la fiesta alcanza a Colombia -por el apoyo al proceso de paz con las FARC- y a Rusia y China por los nexos económicos.
Desde el 10 de enero, Chávez dispondrá de otros seis años, siempre que el cuerpo le aguante, para decidir si radicaliza su 'socialismo del siglo XXI' y su revolución bolivariana o contemporiza para no soliviantar a cerca de la mitad del país que votó en su contra.