Mursi, durante la celebración del día de las Fuerzas Armadas. :: REUTERS
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Los deberes de Mursi

El presidente de Egipto cumple sus primeros cien días en el poder con un país que no termina de visualizar el cambio en su día a día

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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Mohamed Mursi eligió la celebración del día de las Fuerzas Armadas para hacer recuento de sus 100 primeros días de mandato. La puesta en escena y la fecha no podían ser más simbólicas. Ante un estadio abarrotado con más de 60.000 seguidores, el islamista representó el que quizás sea su mayor logro hasta la fecha, la recuperación de los poderes de la presidencia y el retorno de los militares a un segundo plano político. Las promesas más mundanas, las relacionadas con el tráfico, los precios del pan o la basura, sin embargo, tendrán que esperar.

«Hemos alcanzado el 60% de los objetivos relacionados con el tráfico», clamó un Mursi que cuantificó en una larga cifra de porcentajes sus promesas electorales. El 70% de los objetivos de seguridad, el 40% de los de la basura o el 80% de los problemas con el pan subvencionado se han acatado, dijo el presidente, que puso cifras a lo que hasta ahora parecía incalculable: en los últimos 100 días se han cometido en Egipto un millón y medio de infracciones de tráfico.

En las gradas del estadio de El Cairo, los seguidores de Mursi aplaudían con entusiasmo. Pero en una farmacia del centro de la capital, varios clientes y mancebos chasqueaban la lengua con reprobación cada vez que el 'rais' daba una nueva cifra. «¿Que se ha acabado con el tráfico?», se preguntaba un cliente con media sonrisa irónica, mientras salía a una calle llena de coches aparcados en segunda fila.

Ciertamente, la tarea que tiene Mursi ante sí es titánica e inabarcable en tan solo tres meses. Pero con montañas de basura acumulándose en las esquinas y huelgas en sectores como el del transporte o el sanitario, a muchos egipcios les cuesta ver en su día a día los logros que apuntaba el presidente en su discurso.

Denuncias por blasfemia

Su mandato ha devuelto cierta estabilidad política a Egipto, a pesar de que el país sigue sin Parlamento, y los analistas coinciden en que el estado general de la seguridad ha mejorado. La economía del país, en especial la del sector turístico, sigue resentida, sin embargo, por los coletazos de la revolución, grupos de derechos humanos observan con preocupación el aumento de denuncias por blasfemia de las últimas semanas y lo que algunos consideran un deterioro de la libertad de prensa.

Desde el 'Mursímetro', una página web creada para hacer un seguimiento de las promesas del presidente, un 42% de los participantes aprueban su gestión, que solo ha cumplido, según sus creadores, 5 de las 64 promesas electorales que hizo.

«Los medios de comunicación deberían centrarse en lo positivo», dijo ayer el primer ministro Hisham Qandil, quien aseguró que en estos primeros tres meses de Gobierno el presidente se ha enfrentado a «enormes retos». «Todavía queda mucho camino por hacer, pero tenemos una visión clara y la voluntad de alcanzar un futuro mejor», reconocía el propio Mohamed Mursi.