La penúltima tabla de salvación
Las marcas automovilísticas añaden multitud de ofertas al Plan PIVELos concesionarios aplican descuentos que pueden llegar hasta los 5.000 euros para atrapar a más clientes
MADRID. Actualizado: GuardarDescuentos que suman hasta 5.000 euros, ofertas ampliadas a toda la gama de coches y a todo tipo de clientes, ayudas añadidas a la financiación.. Como el náufrago ante su última tabla de salvación, el sector del automóvil se aferra al Plan PIVE para mantener el pulso. Casi todas las firmas del motor que operan en España se han embarcado en una agresiva campaña de promociones que tratan de atrapar a un cliente que en septiembre no se dejó ver demasiado por los concesionarios.
El pasado mes resultó catastrófico para fabricantes, vendedores e importadores. La cifra de venta de turismos y todoterrenos fue la peor con diferencia de todo el año: 35.112. Porcentualmente, el batacazo fue del 36,8% respecto al mismo mes de 2011. La asociación nacional de de importadores (Aniacam) sacó la calculadora y llegó a la siguiente conclusión: durante septiembre, en España se vendió un coche por semana y concesionario. «Es seguro, sin embargo, que hay establecimientos que no hayan vendido ninguno en todo el mes», sostiene Germán López Madrid, el presidente de la asociación.
La inminente subida del IVA que grava la compra de estos productos (pasó del 18% al 21%) retrajo al asfixiado consumidor, que había echado el resto en el mes de agosto, único que registró un aumento interanual de ventas. Había también quien se olía la llegada del programa de ayudas a la compra de automóviles, prácticamente descartada por el Ministerio de Industria apenas unos días después de anunciar su intención de implantarlo. «No hay dinero», adujo el ministro José Manuel Soria, sabedor (o alertado) del escaso margen de maniobra de los ministerios en materia presupuestaria.
Lo cierto es que las palabras del ministro eran, más que una declaración de imposibilidad, una marcha atrás en aras de la discreción. Porque los principales actores del mundo del motor no querían avanzar la posible vuelta del Plan Renove -aplicado con éxito por anteriores gobiernos- para no retraer a los posibles compradores en los últimos días del mes de agosto. Las posteriores negociaciones alumbraron el Plan PIVE, que concede ayudas de 2.000 euros -la mitad a cargo del Gobierno, mientras que la otra es aportada por vendedores o importadores- a la compra de vehículos más ecológicos.
En tiempos de recortes públicos generalizados, también en áreas tan sensibles como la educación, la sanidad o la dependencia, la ayuda a un sector productivo de la industria española -aunque se tratara de uno tan importante como el del motor- no tenía buena venta de cara a la opinión pública. Fuentes conocedoras del proceso de negociación apuntan a Luis Valero, secretario general de Industria, como gran muñidor del acuerdo. Conviene recordar que Valero fue director general de Anfac (la asociación de fabricantes de automóviles) hasta enero de 2011.
También tuvo su peso el argumento de la rentabilidad económica: tanto el sector como el ministro Soria defienden que por cada euro invertido en el plan (dotado con 75 millones) la administración recuperará entre 2,5 o 3 mediante la recaudación de tributos.
El PIVE precisa que, además de ser energéticamente eficientes y poco contaminantes -de clase A, B, híbridos, eléctricos o que se alimenten de combustibles fósiles alternativos-, los automóviles que entran en el programa deben ser nuevos, o como mucho tener un año de antigüedad. Los representantes del mundo del motor intentaron, sin éxito, ampliar esa horquilla hasta los cinco años.
Las asociaciones estiman que alrededor del 65% del mercado de nuevos coches es susceptible de entrar dentro del programa de ayudas. El resto no entraría por razón de eficiencia energética, o porque su precio (antes de impuestos) excede de los 25.000 euros. Pero, si se toman como referencia las ventas del mes de septiembre, la gran mayoría de las unidades vendidas (31.396 de un total de 35.112) encajaría dentro del segmento de coches más ecológicos. Es decir, los que emiten 160 o menos gramos de CO2 por kilómetro.
«Es el momento para vender coches. Hay que aprovecharlo», aseguran en Ganvam, asociación que reúne a los vendedores. Las principales marcas son conscientes de que no les queda otra que subirse a la ola del PIVE, que viene a complementar y a reforzar la agresiva campaña promocional que la mayor parte de ellas viene aplicando desde hace muchos meses. Algunas llegan a descontar hasta 8.000 euros del precio (3.000 añadidos a los 2.000 del PIVE).
Otras han optado por ampliar las condiciones que establece el programa, aplicando la oferta a todos los coches viejos, aunque no tengan los doce años de antigüedad -diez en el caso de los vehículos ligeros- que se requiere. En este último caso es el vendedor el que asume los 1.000 euros que habría de poner el Ministerio de Industria.
Otras estrategias pasan por aplicar las rebajas a todo el escaparate, con independencia de si los automóviles entran o no en la categoría de menos contaminantes, ya que el 35% de la oferta de los concesionarios quedaría fuera del plan.
La entrada en vigor del PIVE ha dado lugar a todo tipo de estimaciones sobre las ventas añadidas que propiciará. Por de pronto, se ha revisado la marca de 700.000 unidades prevista para todo el año. Según los cálculos de la asociación de concesionarios (Faconauto), se venderán casi 50.000 vehículos más hasta el 31 de diciembre.
Armando García Otero, director general de Renault España Comercial (Recsa), considera que el sector demandaba desde hace tiempo «un revulsivo» de estas características para sacarlo de la «profunda depresión» en la que se encuentra. En Aniacam también lo han recibido como «una buena noticia», aunque «llega lastrada por la falta de acceso al crédito y la baja confianza de los consumidores», en palabras de su presidente, Germán López Madrid.
Según la plataforma de vehículos online AutoScout24, el PIVE conseguirá aligerar los 'stocks' de automóviles seminuevos y de los denominados 'kilómetro cero' -procedentes en buena parte de alquiladores y flotas-, puesto que incluye como beneficiarios de las ayudas a los coches con una antigüedad de menos de un año.