LA SORPRESA DE GAUCCI

Alessandro Gaucci se ha encontrado con una grata sorpresa en su llegada a Cádiz. La cantera le trae loco. Alucina. Alguien que ha visto crecer a su lado a ídolos como Gattuso, Materazzi o Nakata, se ha topado en El Rosal con una factoría que le hace frotarse los ojos cada mañana.

Con todo el respeto, duele que tenga que venir un italiano de Perugia para desenmascarar una realidad, para sonrojar a más de uno que ha visto pasar diamantes por delante de sus ojos y ha mirado para otro lado, despreciando el patrimonio más importante del club. Lo de Gaucci no es palabrería barata: ha recuperado a Pablo después de tanto desplante por parte amarilla. Le ha dado galones. Le ha concedido oportunidad al marginado Dieguito y ha subido a Tomás. Abriendo la puerta, estrechando el camino entre el primer equipo y el filial, tiene al Cádiz B enchufadísimo, segundo en Tercera y con los chicos soñando con un debut que ya no es una quimera. Peleó lo indecible por retener a Jaime. Mantuvo a todos los equipos de la cantera...

Algo ha visto en los ojos, y sobre todo en los pies, de estos chicos. Quizás el mismo brillo que el Liverpool atisbó en Suso, el Barcelona en Chico y Nolito, el Atlético en Jurado, el Betis en Joaquín y Pinto, o ahora el Valencia en Carlos Delgado, un gaditano que escuchó sobre el césped el impresionante himno de la 'Champions'.

Tiempo de crisis, tiempo de oportunidades, rezan los optimistas. La urgencia obliga y los nuevos dirigentes nos otorgan el privilegio de ver sobre el césped los productos de nuestra tierra. Porque lo fundamental es el ascenso, pero los caminos para llegar también son importantes: buen juego, fútbol atrevido, talento y garra, y con gente de Cádiz. Todo suma para una afición a la que ya le han restado demasiados valores.