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El empleo respalda la candidatura de Obama
La tasa de paro baja en septiembre hasta el 7,8% y concede al aspirante demócrata parte del crédito que dilapidó en el debate
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarPoco después de asumir el poder y aprobar 787.000 millones de dólares (607.000 millones de euros) en estímulos económicos, Barack Obama dijo en una entrevista que si en noviembre de 2012 el paro seguía por encima del 8% no sería reelegido. La historia le daba la razón, porque ningún presidente de EE UU ha repetido en el cargo con más de ese porcentaje. «Estoy aquí para tomarle la palabra», solía decir Mitt Romney en sus mítines. Ayer los últimos datos del Departamento de Trabajo le robaron una de sus frases más aclamadas. El paro cayó el mes pasado al 7,8%. Todo un balón de oxígeno para el presidente que el miércoles perdió rotundamente el primer debate.
Para Obama, se demuestra que su política está produciendo por fin los resultados que prometió. «Esto es un recordatorio de que este país ha llegado demasiado lejos como para volver a las políticas que nos llevaron a esta crisis», dijo en Virginia. La abrupta bajada del paro fue tan inesperada para los analistas y tan oportuna para el mandatario que los republicanos no dudaron en acusar al Gobierno de manipular las estadísticas. «Estos tipos de Chicago son capaces de cualquier cosa... no pueden ganar un debate, así que cambian los números», escribió el mítico exconsejero delegado de General Electric Jack Welch en Twitter. El escepticismo general se vio agravado por la disparidad de las dos principales encuestas de empleo que el Ejecutivo realiza cada mes. La del Departamento de Trabajo en los hogares reveló que 873.000 personas habrían encontrado trabajo en septiembre; la que hace la Oficina de Estadísticas Laborales entre empresas solo muestra 114.000 nuevos empleos. Esta última estaría más en línea de los meses anteriores.
Economistas como Thomas Danny Boston advirtieron ayer de que cuestionar la veracidad de los datos «es ofensivo para el Departamento de Trabajo», pero sobre todo «significa que no se están mirando de cerca los números». Boston apunta a la subida de indicadores como la confianza del consumidor, la productividad laboral, las ventas de automóviles y camiones, las de minoristas o el gasto personal. Tras estudiar con cuidado el informe que «abre los ojos de par en par», Goldman Sachs concluyó que «parece auténtico», ya que viene acompañado de un importante aumento de la fuerza laboral.
Veracidad de los datos
Eso desmontaría el argumento de Romney, que no quiso entrar a cuestionar la veracidad de los datos y prefirió acogerse al resultado que más le interesaba. El aspirante observó que los 114.000 nuevos empleados implican que la economía ha creado menos trabajo que el mes anterior, en parte porque los compara con las cifras revisadas al alza ayer. «La razón por la que el paro ha caído este año es principalmente porque más gente ha abandonado el mercado laboral y ha decidido quedarse en casa, así que ya no forma parte de las estadísticas. Pero la verdad es que si la cantidad de gente que participa en el mercado laboral fuera la misma que cuando el presidente fue elegido, nuestro desempleo estaría alrededor del 11%».
En eso nadie le quita la razón, ya que la fuerza laboral es la más baja desde 1981. Obama recuerda que cuando asumió el poder se perdían 800.000 empleos cada mes.
No es el único argumento que le ha quitado a su rival. Con su desidia en el debate del miércoles el presidente no dio oportunidad a Romney de corregir su polémica declaración de que el 47% de los estadounidenses que reciben alguna ayuda del Estado son holgazanes a los que nunca podrá convencer «de que se responsabilicen de sus propias vidas». Preguntado en la cadena Fox sobre qué habría dicho si Obama lo hubiera sacado a relucir, Romney aprovechó para desactivar el asunto. «En las campañas damos cientos, si no miles de charlas en las que de vez en cuando decimos algo que no nos sale bien», se disculpó. «Dije algo que estaba completamente equivocado».
Romney no aclaró por qué en los siguientes días que continuó repitiendo el error con el que enfrentó el Estado del bienestar de Obama contra el capitalismo salvaje que él propone. «Obama nos llevaría por el camino de Europa, que significa desempleo crónico, salarios bajos y estados al filo del colapso fiscal», remachó ayer en Virginia.