La joven bailaora gaditana Claudia Cruz. || ANTONIO VÁZQUEZ
Sociedad

El flamenco que viene

La bailaora gaditana Claudia Cruz es más que una joven promesa; lo demuestra este fin de semana en La Lechera con un montaje propio

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Aunque cueste arrancar, cuando uno toma impulso pocas cosas pueden hacerle parar. La bailaora gaditana Claudia Cruz empezó a abrirse camino con solo cuatro años, le alumbraron desde entonces las maestras Lourdes Florido y Charo Cruz y, cuando se hizo mayor, pisó firme el sendero con la única compañía de su arte. Ahora tiene 26 y este fin de semana, a pesar de las dificultades económicas, alcanza una de sus metas más ansiadas. Se presenta ante el público gaditano para dar muestra de lo que son capaces de hacer los jóvenes talentos del flamenco. Vuelve a La Lechera, cuatro años después, para hilvanar un espectáculo, «sencillo y sin argumento», a base de los bailes con los que, según cuenta, se encuentra más realizada en este momento de su carrera.

Con la voz de Enrique el Extremeño y la guitarra de Justo Fernández, Claudia Cruz deleitará al auditorio con unas alegrías, tarantos y seguiriyas. Como artista invitada participará La Tana, artista que ha bailado junto a otros de la talla de Paco de Lucía, Farruquito y Joaquín Cortés. Algunos de los grandes, a los que la gaditana aspira algún día suceder. Con solo 11 años Cruz animaba las fiestas privadas de los hoteles de la Bahía, para dar el salto después a los tablaos de media España y hacer gira en Japón. Durante los tres últimos lustros, le han empujado en su camino El Pipa, Niña Pastori, La Moneta, Ana Salazar, Rosario Toledo, Duquende, Remedios Amaya, Pastora Galván o Tío Carrete, entre otros. Además, la bailaora gaditana ha mostrado su arte en los festivales de flamenco más importantes de España, como los de Sevilla y Jerez.

Paso a paso, Cruz mantiene la ilusión en su camino, aunque reconoce que a menudo se le hace demasiado estrecho. «No pienso en crear mi propia compañía, lo veo muy lejano. Por ahora me conformo con poder llevar a mi gente, poder llevar a mi propio grupo ya es un triunfo», destaca la bailaora que dice encontrarse en una etapa de formación. De investigar, «rebuscar» en sus entrañas, de renovarse para no «quedarse antigua». En definitiva, un parón para volver a coger impulso. El que quizá le lleve a preparar espectáculos más ambiciosos y seguir en la brecha de un mercado que se antoja, como todos, muy complicado. De momento, y además de la cita doble que tiene este fin de semana en La Lechera -sábado y domingo a las 21 horas-, Claudia Cruz tiene cerrada su participación en noviembre en un tablao cordobés en Barcelona, desde donde viajará hacia Munich, otra plaza conquistada. Cuando esté allí se acuerde probablemente de su encuentro con el público de su tierra, al que promete no defraudar. «Venid a verme, que nadie se va a arrepentir porque va a ver un espectáculo de corazón, muy flamenco, con todo el arte y el 'ange' de Cádiz».