CARTAS DE LOS LECTORES

Homenajes y más homenajes

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Con la desaparición de don Santiago Carrillo, similar a la de un último comunista soviético, sale a la luz que muchas más luces que sombras han jalonado toda su vida en la política. Quien fuera impulsor de checas, purgas y paseos y artífice del genocidio de Paracuellos, ahora resulta que se le ha pedido al Ayuntamiento que ponga su nombre a una calle de Madrid. Espero que la capital no pierda la cabeza y nos obsequie con el gran 'honor' de pisar una calle con su nombre. Puestos ya los despropósitos, bien podrían cambiar el título de la población ferrolana por el de El Ferrol del Carrillo, así se podría vengar la izquierda de la humillación sufrida en el año 1939, donde el fallecido puso pies en polvorosa y dejó a sus camaradas a los pies de los caballos. Parece ser que ha sido incinerado y se van arrojan sus cenizas al Cantábrico. Yo me pregunto qué habrá hecho este mar para tener el gran 'honor' de acoger a Carrillo en su seno.