Hong Kong llora una de las peores tragedias navales de su historia

La noche del 1 de octubre Hong Kong se viste con sus mejores galas. La jungla de neón se muestra en todo su esplendor, y al ya de por sí imponente horizonte de gigantes de acero se suma un espectáculo pirotécnico de grandeza difícilmente comparable. Sin duda, el mejor lugar para disfrutar de este derroche de luz y de color es la Bahía Victoria, que se llena de embarcaciones en las que los pasajeros disfrutan de la cena y de unas vistas sin parangón. No obstante, este año, coincidiendo con la celebración del 63 aniversario de la proclamación de la República Popular China, la luz se ha convertido en sombra y el color ha dejado paso al luto.

Eran las 20.05 horas del lunes cuando uno de los barcos de recreo, el 'Lamma IV', zarpó de la isla homónima con destino a la bahía, situada a unos 10 kilómetros de distancia. 124 pasajeros, muchos empleados de Hong Kong Electric, se preparaban para disfrutar de la velada. Pero solo diez minutos después, un transbordador de la compañía HKKF embistió al 'Lamma IV' a gran velocidad y abrió un boquete en su casco. Pero ni siquiera se detuvo, y continuó su trayecto. En pocos minutos, la mitad posterior del navío quedó sumergida.

Hasta anoche, el Gobierno de la excolonia británica había confirmado la muerte de 38 personas, entre ellas cinco niños, lo que convierte al suceso en la peor tragedia marítima de Hong Kong en varias décadas. Y los medios locales temen que la cifra de fallecidos se eleve, puesto que no está claro que se haya encontrado a todos los pasajeros.