Foto de familia de la quinta Conferencia de Presidentes celebrada ayer en el Senado con el Rey y el Príncipe de Asturias rodeados de gobernantes autonómicos y del presidente y la vicepresidenta del Gobierno (a su izquierda). :: ÓSCAR CHAMORRO
ESPAÑA

Los presidentes autonómicos blindan a Rajoy ante un eventual rescate

El jefe del Ejecutivo podrá exhibir ante la UE un compromiso firme y unánime con la estabilidad fiscal Accede a revisar el reparto de los objetivos de déficit de 2014 como gesto de buena voluntad

MADRID. Actualizado: Guardar
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Existían discrepancias suficientes como para que la quinta Conferencia de Presidentes de la democracia fuera un fracaso, pero el clima de excepción que pesa sobre la economía española acabó imponiéndose. Contra todo pronóstico, el jefe del Ejecutivo y los gobernantes autonómicos fueron capaces de aprobar por unanimidad una declaración con la vista puesta en Europa y que blinda a Mariano Rajoy de cara a la eventual y cada vez más asumida petición del rescate completo a la Unión Europea. «Hoy (por ayer) -resumió el principal barón socialista, José Antonio Griñán- se trataba de fortalecer la posición de España».

La ofensiva independentista del presidente de la Generalitat, Artur Mas; la oposición de las comunidades del PSOE a la política económica del Gobierno, contra la que ha llegado a presentar varios recursos de inconstitucionalidad y, para rizar el rizo, las protestas de varios presidentes autonómicos del PP por los Presupuestos Generales, en vísperas de la cumbre, hacían difícil el consenso. Y, sin embargo, todo quedó orillado por una causa de fuerza mayor: la asfixia financiera que tiene en jaque a todo el Estado.

El momento es tan grave que hay muchas comunidades autónomas que apenas tienen para pagar las nóminas del mes que viene y solo pueden confiar en la ayuda de la Administración central, también en estado crítico, para seguir funcionando. Nada de eso fue óbice en los últimos Consejos de Política Fiscal y Financiera -en los que se definen, entre otras cosas, los objetivos de déficit de las autonomías- para escenificar el desencuentro, pero esta vez primó el deseo de lanzar un mensaje a los socios europeos que, como Alemania, Holanda o Finlandia, aún ponen algún reparo a la ayuda a España.

El primer punto de la declaración unánime no deja lugar a dudas: «La Conferencia de Presidentes expresa su compromiso con la consolidación fiscal, imprescindible para recuperar la confianza en nuestra economía». Eso a pesar de que no pocos territorios -Cataluña, todos los del PSOE, pero también algunos del PP- pretendían que el Ejecutivo rebajara las exigencias y distribuyera de otro modo los 4,5% puntos de déficit permitidos para 2013 -3,8% para la Administración general y 0,7% para las comunidades-.

Como gesto, el Gobierno accedió a establecer el año próximo un procedimiento «para determinar los criterios de reparto» del déficit estructural como se hace en la Unión Europea, pero la posible modificación sólo sería aplicable al déficit de 2014 -2,7% para la Administración General del Estado y 0,1% para las autonomías-; el propio ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, reconoce que «no es nada fácil» de llevar a cabo, y, además, llegado el momento se estaría tan cerca del equilibrio presupuestario que las diferencias con el marco previsto seguramente serían mínimas.

Silencio de Mas

Las comunidades más críticas con lo que, hasta hace poco, consideraban «imposiciones» del Gobierno dieron, pues, su brazo a torcer. «La senda de reducción del déficit es demasiado rápida -resumió el presidente de la Junta de Andalucía- pero la imagen que damos es de compromiso». Incluso Artur Mas, quizá el que más beligerancia había mostrado con el reparto de deuda y déficit autorizados por el Ejecutivo, suscribió el texto.

El presidente catalán eludió explicar en el Senado, donde se celebró el encuentro, su postura. Lo hará hoy en Barcelona como nuevo gesto de reivindicación soberanista, pero Mariano Rajoy resaltó que, en términos generales, la cita se desarrolló en «muy buen ambiente, con mucho sentido común y voluntad de llegar a acuerdos».

El presidente del Gobierno se mostró satisfecho con lo logrado; un hito si se tiene en cuenta que la última Conferencia de Presidentes, en 2009, acabó como el rosario de la aurora con el portazo del PP al 'plan anticrisis' que a última hora planteó el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Ahora, Rajoy se lleva un importantísimo aval a su estrategia frente a la UE. Y aunque el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, haya dejado claro en varias ocasiones que no le ayudará a amortiguar el golpe de la petición del segundo rescate, como hizo con el primero, las comunidades de todo signo le respaldan por escrito.

El cuarto punto de la declaración ayer aprobada dice así: «La Conferencia de Presidentes considera que la actual tensión financiera y las dudas sobre la viabilidad de la moneda única hacen necesaria la disponibilidad de instrumentos (como el Banco Central Europeo) que garanticen el acceso a una financiación adecuada, no solo a las administraciones públicas, sino también al sector privado, con especial consideración a las pequeñas y medianas empresas». No hay duda de cuáles son esos «instrumentos».

Griñán, de nuevo, lo tradujo a un lenguaje más claro: «Si no conseguimos financiación cómoda en consonancia con lo que vale España y no conseguimos reformar el sector financiero para que devuelva a las familias y las pymes lo que están pagando en forma de crédito no conseguiremos nada; pero, si conseguimos eso, habremos conseguido mucho».

Y lo demás, la discusión sobre el modelo de Estado o la revisión del sistema de financiación, queda para otro momento. «Hoy España -se felicitó Rajoy- da un buen mensaje».