ESPAÑA

El PSC elige candidato a Pere Navarro con la misión de frenar su desplome

Las encuestas castigan a los socialistas catalanes, que se distancian aún más de CiU, que bordea la mayoría absoluta

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Sin tiempo para celebrar unas elecciones abiertas a la ciudadanía para elegir a sus candidatos, los socialistas catalanes improvisaron ayer una especie de primarias exprés, en las que el alcalde de Terrassa, Pere Navarro, se impuso con rotundidad a Montserrat Tura, exconsejera de Justicia e Interior en los gobiernos tripartitos.

Con el 73% de los votos del Consejo Nacional del PSC, Navarro fue elegido cabeza de cartel. Obtuvo un apoyo similar al que consiguió hace nueve meses para hacerse con la jefatura del partido, en sustitución de José Montilla. En aquel congreso, Navarro asumió la dirección con el mandato de oxigenar, renovar y preparar una alternativa para 2014; ni de lejos podía imaginar que a estas alturas tendría que ser el candidato. Pero a raíz de la manifestación de la Diada, los hechos en Cataluña se desarrollan a velocidad de vértigo.

Está cada día más claro que el adelanto electoral decidido por Artur Mas fue una jugada muy hábil, ya que ha cogido a todos sus rivales a contrapié y en algunos casos, como el del PSC, sin discurso para dar respuesta al tsunami independentista.

Biólogo, apasionado por las nuevas tecnologías, casado y padre de dos niñas, Navarro, alcalde de Terrassa desde 2002, tiene ante sí una labor «muy dura», según admiten en el propio PSC, donde reina un moderado pesimismo. Una tarea casi titánica para la que además parte con algunas rémoras, sobre todo la posición de partida del PSC.

Tras encadenar tres derrotas consecutivas -en las autonómicas, donde pagaron la crisis; en las legislativas, donde fueron arrastrados por el hundimiento del 'zapaterismo'; y en las locales, donde perdieron hasta Barcelona-, los socialistas catalanes se sumieron en una depresión colectiva de la que aún no han salido. En diez años, el partido ha perdido casi la mitad de los escaños y, según las encuestas, esta caída libre aún no ha tocado fondo. Los sondeos publicados ayer apuntan a que puede perder entre cuatro y siete diputados de los 28 que tiene en el 'Parlament'. En cualquier caso, el PSC está muy lejos, según esos estudios, de la horquilla 58-66 parlamentarios, la mayoría absoluta está en 68, que puede sumar CiU.

Aun así, sus dirigentes tratan de transmitir moral y afirman, en público, que van «a por todas». En privado, en cambio, son conscientes de su situación y, como señala un exconsejero, ni Navarro debe de tener muchas aspiraciones cuando todavía ni ha renunciado a la alcaldía de Terrassa, cargo incompatible con el de presidente de la Generalitat.

Desconocido

El otro problema con el que se enfrenta el flamante candidato del PSC es su perfil político. Dedicado durante años a su labor en el ayuntamiento egarense, es un personaje bastante desconocido en Cataluña, y en el resto de España un desconocido total. De hecho, en una de las encuestas publicadas ayer aparecía como el quinto más conocido de los siete candidatos y casi cuatro de cada diez ciudadanos catalanes no han oído hablar de él nunca. Una gran desventaja para el que es el segundo partido catalán.

Navarro, por tanto, afronta una empresa complicada, en la que pretende abrir una tercera vía, entre los «separatistas de CiU» y los «separadores del PP». Ahí cree el PSC que tiene su caladero de votos, e irá a los comicios con la idea de pescar entre el electorado que no quiere aventuras ni incertidumbres y entre el más crítico con los recortes sociales.

Adscrito al ala menos catalanista del PSC, a diferencia de Tura, que desveló flirteos con Esquerra Republicana, Navarro forma parte del grupo de alcaldes que controla el partido tras la etapa de Montilla, y que en las últimas semanas ha barrido a los históricos del sector catalanista como Joaquim Nadal, Ernest Maragall o Tura, que tras su derrota anunció que no irá en las listas.

Aboga por una España federal y defiende que los catalanes puedan ejercer su derecho a la autodeterminación en un referéndum legal, pero dejando claro, lo dijo dos veces ayer, que los socialistas catalanes no son independentistas, y por tanto el voto del PSC en la consulta será 'no' a la independencia. «No queremos ni el choque de trenes de CiU ni que nos envíen a la Guardia Civil como quiere el PP. Apostamos por el pacto y el diálogo, por una Cataluña en una España y Europa federales», expresó.