Momento de la celebración de la boda de 'El Tempranillo' y María Jerónima durante la recreación. :: A, ROMERO
Sierra

Volver a ser bandoleros

Grazalema regresará durante unos días a principios del siglo XIXMás de un centenar de vecinos serán los actores que den vida a una nueva edición, la sexta, de 'Sangre y Amor en la Sierra' entre el 5 y el 7 de octubre

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Los bandoleros toman las montañas en las que hace dos siglos se hicieron fuertes. Grazalema ultima ya los detalles para regresar a principios del siglo XIX y recordar las vivencias de 'El Tempranillo' y su cuadrilla, en la que será la sexta edición de su Recreación Histórica 'Sangre y Amor en la Sierra'. La misma tendrá lugar del 5 al 7 de octubre y el pasado viernes fue presentada en la Casa de la Cultura.

La primera novedad es que este año las asociaciones y colectivos que después las exploten, se tienen que hacer cargo del montaje de las casetas bandoleras, ya que el Ayuntamiento se ahorrará los costes de la instalación. No obstante, esto no ha resultado un problema para un pueblo que cada año se vuelca con su celebración, hasta el punto de que en solo cinco años la fiesta está totalmente consagrada. Además, desde el principio, son los propios vecinos los que dan vida a este poblado e incluso se hacen cargo de la interpretación artística de las escenas.

Más de medio millar de vecinos serán los que, de una u otra forma, participen ataviados a la usanza de 1832. El eje central de la recreación será la vida de José María Hinojosa, 'El Tempranillo', quien se consideraba un Robin Hood andaluz. Para ello, el pueblo se transformará, recreando la vida cotidiana de aquella época, y pondrá en escena los episodios más destacados que esta cuadrilla de bandoleros vivieron en la zona, como las refriegas con la autoridad del momento. Además, también se interpretará la boda de 'Tempranillo', la muerte de su esposa y el nacimiento de su hijo.

Hinojosa, también conocido como el Rey de Sierra de Morena, se convirtió muy pronto en un icono de la liberación del pueblo. Con 16 años tuvo una disputa con un hacendado que acabó en muerte. Tanta fama adquirió que llegó a firmar un tratado con el Rey de España, Fernando VII, para que cada vez que las tropas reales pasaran por la Sierra, tuvieran que pedirle permiso.