Penélope Cruz repitió con Allen en 'A Roma con amor'. :: R. C.
Sociedad

«La felicidad es solo un accidente»

El realizador, que estrena 'A Roma con amor', asegura que dirigir le distrae «de la incertidumbre de la vida» Woody Allen Director de cine

LOS ÁNGELES. Actualizado: Guardar
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Woody Allen sigue con su recorrido por las ciudades europeas. Comenzó en Londres con 'Match Point'; luego llegó 'Vicky Cristina Barcelona' y el año pasado deleitó al espectador con 'Midnight in Paris', su película más taquillera en décadas. Ahora aterriza en Italia. 'A Roma con amor' es una comedia a través de las vidas de varias personas. Turistas o residentes habituales interpretados por Alec Balwin, Roberto Benigni, Penélope Cruz, Jesse Eisenberg y Ellen Page. Y el propio Allen vuelve con un pequeño papel.

-¿Cuál es su fascinación con Europa?

-Mi deseo de ser un director extranjero. No podría haberlo hecho de otra manera siendo de Brooklyn. Cuando no pude financiar mis películas en Estados Unidos decidí irme a Europa. Un feliz accidente porque la experiencia de rodar aquí ha sido maravillosa.

-En el caso de 'A Roma con amor', ¿qué le llevo a la ciudad italiana?

-Siempre he querido rodar una película en Roma. Llevaba mucho tiempo hablando con productores italianos para intentar grabar. Hasta ahora no tenían el dinero necesario para hacer el filme, pero en cuanto me dijeron que estaban preparados cogí un avión y me planté en Roma.

-¿Se sacó el guion de un cajón?

-Como siempre. Guardo cuadernos de notas con ideas que se me han ocurrido y luego las voy desarrollando poco a poco. En este caso tenía muy poco escrito.

-¿Por qué decidió regresar a la interpretación?

-Porque había un personaje para mí. Cuando era joven podía ser el protagonista de mis películas y rodar escenas románticas con cualquier mujer, lo cual me divertía mucho. Pero ahora soy viejo y mi presencia se reduce a personajes secundarios.

-Cuando invita a un cómico a su película como Roberto Benigni, ¿valora su humor?

-Todo lo contrario. Les contrato porque su humor encaja dentro del personaje. No hay otro actor, desde mi punto de vista, mejor para interpretar ese papel que Roberto.

-Siempre busca la felicidad en sus películas. No importa la ciudad en la que se encuentre.

-Supongo que es mi manera de entender la mortalidad. Antes o después va a golpear tu puerta ese tipo alto y extraño que te quiere llevar con él. Si no estás en casa, te busca. Hay directores que están interesados en asuntos de actualidad, como Oliver Stone. Yo, nunca. Prefiero los temas más filosóficos, por llamarlo de alguna manera. Sobre todo me interesa lo que ocurre en el corazón. Siempre hay una razón que te impulsa a vivir.

-¿La ha descubierto ya?

-Intento encontrarla, pero es difícil porque soy demasiado científico. Me gustaría acudir a alguien que me diera las respuestas mágicas. La vida de la gente que hace eso es mejor que la mía porque creen en algo.

-Mientras 'Vicky, Cristina, Barcelona' trataba sobre la diversión y la frivolidad 'A Roma con amor' bucea en el absurdo de la fama instantánea.

-Me pareció curiosa la idea de un tipo que de un día para otro se hace famoso y él no sabe realmente por qué. Yo la fama la entiendo igual que el chofer de la película, aunque la vida de famoso tiene sus ventajas. Siempre tengo una mesa en el restaurante que quiero y si llamo al médico en sábado me atiende. La vida de la gente famosa está llena de indulgencias. No digo que sea justo, es un poco asqueroso, pero no te voy a negar que lo disfruto.

-Además de un gran director usted es músico y la música tiene un papel muy importante en sus películas.

-Soy un gran creyente de la música en el cine. A los directores nos tapa muchos pecados. Pero hay grandes directores como Ingmar Bergman que no creían en la música en el cine. Pensaba que el uso de la música era algo bárbaro, que con las imágenes y los diálogos era suficiente. Yo necesito la ayuda de la música.

-¿Qué significa para usted dirigir?

-Es un arte que me distrae de la incertidumbre de la vida, de la inevitabilidad de envejecer y de la muerte y también de mis miedos existenciales.

-¿Y las relaciones humanas?

-No he encontrado ninguna respuesta interesante. Tengo un punto de vista pesimista de las relaciones. La felicidad es solo un accidente que le sucede a algunas personas pero es pura suerte. Conocen a alguien, se enamoran, son felices y no hay fricción. Esa es mi observación, eso es lo que he aprendido. Todos los consejos, todos los libros de ayuda, los servicios de citas, la cantidad de gente que está en relaciones infelices, parejas juntas por inercia, por los hijos, por miedo a la soledad... Al final solo hay unos pocos que tienen algo de verdad.