El consumo excesivo de agua, relacionada con otros desórdenes mentales
MADRID. Actualizado: GuardarHemos escuchado hasta la saciedad que beber grandes cantidades de agua es beneficioso para el organismo. Pero, ¿qué ocurre cuando esa recomendación se convierte en obsesión? La potomanía es un trastorno a nivel psicológico que está directamente relacionado con la ingesta excesiva de agua, hasta el punto de dañar los riñones y en ocasiones extremas provocando una intoxicación.
Beber el líquido elemento en demasía puede tener consecuencias dramáticas al superar los límites de los riñones, eso es, exceder los recomendables dos o tres litros diarios que el órgano vital puede recibir sin problema alguno. Las consecuencias se agravan si el agua se consume en un corto intervalo de tiempo. Por eso los expertos recomiendan beber en pequeñas cantidades y espaciadas a lo largo de todo el día, se trata de mantener los riñones activos pero sin abusar.
Expertos en Psicología y Psiquiatría han relacionado este síndrome con desórdenes mentales tales como trastornos obsesivos compulsivos o con la eterna manía de mantenerse delgado. He ahí el error, llevar al extremo algo que sabemos que ayuda a mantener un cuerpo sano y que además, siempre según los expertos, ayuda a adelgazar y a mantener un cutis envidiable, es la eterna premisa del 'mens sana in corpore sano' pero a un nivel desorbitado.
Una patología social
Son cientos de famosos los que han confesado alguna vez que su secreto para mantenerse bellos y sanos es beber mucha agua, pero seguro que no la consumen de golpe. Si este consejo de sigue al pie de la letra podemos acabar inundando el corazón, los riñones e incluso las venas. Según algunos médicos, las personas que sufren esta patología, pueden llegar a ingerir entre ocho y quince litros de agua al día, beben hasta que el cuerpo dice basta.
Algunas de las graves consecuencias de esta obsesión pasan por la disolución en sangre del potasio o el magnesio, con su consecuente aparición de calambres, cansancio, disminución de la agilidad mental y por supuesto daños en la función renal. De la mano con la evolución de la sociedad actual, el número de adictos al agua crece vertiginosamente, igual que otros trastornos tan graves como la anorexia o la bulimia. Son enfermedades 'modernas', resultado de una idolatría de la apariencia física.