Manifestantes tunecinos asaltan la Embajada de Estados Unidos en Túnez, después de destrozar varios vehículos en un aparcamiento cercano. :: FETHI BELAID / AFP
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El viernes de la ira hace temblar la 'primavera árabe'

La llamada a protestar contra el 'vídeo blasfemo' en el día de oración provoca nuevos asaltos a embajadas en Túnez y Sudán

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Al menos tres personas perdieron la vida y decenas resultaron heridas en el asalto ayer a la Embajada de Estados Unidos en Túnez. El país donde prendió la chispa de las revoluciones árabes y que en apenas unas semanas logró derrocar a Zine el Abidine ben Ali se sumó a la oleada de violencia provocada por la película 'La inocencia de los musulmanes'. Además de la legación estadounidense los manifestantes quemaron la Escuela Americana de la capital y ondearon las banderas negras de la 'yihad' (guerra santa), visibles desde comienzos de semana en todos los países musulmanes en los que se han registrado incidentes a causa de la cinta que se burla del Profeta. Túnez abrió en enero de 2011 el camino del cambio a una serie de países como Libia, Egipto o Yemen, que unos meses después son el epicentro de una oleada de protestas que durante el viernes de oración se estiró hasta Indonesia. Libres de la persecución de unos dictadores que vigilaban con puño de hierro a los movimientos islamistas, los grupos más radicales tienen ahora luz verde para actuar y la excusa de la película ha servido para mostrar su capacidad de movilización.

Los Hermanos Musulmanes de Egipto hicieron un llamamiento para realizar manifestaciones frente a las mezquitas tras el final de la oración, pero «de forma civilizada y pacífica, en correspondencia con la civilización antigua del pueblo egipcio y la del gran islam». Un consejo que no llegó a oídos de cientos de jóvenes que por quinto día consecutivo optaron por las piedras y los cócteles molotov como medio para expresar su ira a las puertas de la embajada estadounidense. En la vecina Libia las autoridades anunciaron nuevas detenciones de personas relacionadas con el ataque del martes contra el consulado de Estados Unidos en Bengasi, una acción en la que junto al embajador fallecieron otros tres ciudadanos estadounidenses, dos de ellos antiguos miembros de las fuerzas especiales con experiencia en Irak y Afganistán, según desveló el Departamento de Estado.

Yemen, que el jueves estuvo a punto de repetir las escenas vividas en Bengasi unos días antes, vivió una jornada de tensión y se prepara para una semana en la que las fuerzas salafistas han llamado a mantener el pulso en las calles. Las protestas no pudieron llegar por segundo día a los muros de la Embajada porque todos los accesos estaban sellados por las fuerzas de seguridad y el interior de la legación contaba con el refuerzo de cincuenta marines. Durante toda la mañana se escucharon disparos al aire en las inmediaciones y los antidisturbios emplearon camiones con cañones de agua. Además de los edificios oficiales, también conocidas franquicias estadounidenses como KFC fueron centro de la ira popular y en Trípoli, al norte del Líbano, uno de los restaurantes de la cadena internacional de comida rápida fue quemado en el marco de unas protestas en las que un manifestante perdió la vida.

Irán pide justicia

Todas las legaciones occidentales en países musulmanes estaban en alerta después de una semana de movilizaciones y el anuncio de manifestaciones tras el rezo del viernes, pero las medidas extraordinarias de seguridad no fueron suficientes para evitar que los manifestantes asaltaran también las legaciones de Estados Unidos, Alemania y Reino Unido en Jartún. Al menos un manifestante murió en las calles de la capital sudanesa durante unas movilizaciones que congregaron hasta a diez mil personas, según diferentes agencias.

También se pudo ver a miles de personas marchando por la calle Enqelab de la capital iraní a la salida de la oración en la Universidad de Teherán, una manifestación pacífica marcada por las palabras del Líder Supremo, Alí Jamenei, que responsabilizó directamente a EE UU e Israel de la producción de la película que se burla del Profeta y que la califica de «ataque contra el despertar islámico», manera iraní de referirse a lo que Occidente denomina 'primavera árabe'. Según las palabras de Jamenei «si el Gobierno de Estados Unidos es sincero en sus manifestaciones de que no tiene ninguna participación en esa acción antiislámica, debe llevar a los autores de ese acto criminal a la justicia».

Incluso en Siria, centenares de ciudadanos se congregaron después de la oración frente a la embajada de EE UU en Damasco. La protesta también fue pacífica en Gaza.