Carrusel de coros

Cuando veo la cantidad de imágenes que dan por televisión sobre alguna fiesta en España y compruebo que no tienen la categoría de nuestro carrusel de coros, se me revuelve el estómago. Con todos mis respetos hacia ellas y sabiendo que cada uno piensa que lo suyo es lo mejor, no creo que sea subjetivo si digo que la Tomatina de Buñol con el Toro de la Vega son fiestas mediocres comparadas con nuestro carrusel. En la tomatina lo más creativo que vemos es la forma de empaparse la camiseta con tomates y después enjuagarte con agua. Del toro de la Vega lo mejor es cuando el toro es alanceado. Alanceado que consiste por cierto en hundirle una lanza en el costado hasta la muerte. Qué bonito hijo. Fíjense las veces que repiten los encierros de San Fermín o el de San Sebastián de los Reyes, que respetando el gusto de cada cual, no sé qué arte hay en correr detrás de un toro, en todo caso valor y locura.

Pues sí, las televisiones y medios dan más cobertura a esas fiestas, por cierto muy divertidas y pachangueras, que a nuestro carrusel de coros. Un carrusel que vendido de otra manera y retransmitido con una calidad perfilada de sonido podría ser todo un espectáculo, igual o más atractivo que cualquier fiesta mencionada. Para ello habría que cambiar la forma de realizarlo y que nuestro consistorio supiera exportarlo. El carrusel de coros es el único que existe en el mundo y además ofrece al espectador música en directo con canciones que muestran la creatividad de Cádiz y sus autores, asimismo ofrece una fiesta visual, que si las bateas fueran mini carrozas con una decoración vistosa y artística, sería más espectacular si cabe. Nuestros coros necesitan apoyo institucional y económico para engrandecer este evento. Ya es hora que nuestro ayuntamiento acreciente una de las fiestas en la calle más original y artística de España.

Que cuiden a los coros que son sin duda como la sal de frutas que tomamos por Febrero para pasar la mala digestión de nuestro carnaval.