Los palestinos se echan a las calles para protestar contra los recortes económicos
Actualizado: GuardarPalestina ha sido escenario de numerosas manifestaciones, pero desde hace una semana las protestas no van dirigidas a Israel. Cómo no, la crisis también afecta al país y por eso cientos de ciudadanos se han echado a las calles para criticar las medidas económicas adoptadas por el Gobierno. Nablús, Hebrón y Ramala han acogido en los últimos días marchas contra los recortes, muchas de las cuales han acabado en violentos enfrentamientos con la quema de neumáticos, el bloqueo de varias vías y la agresión a agentes de la Policía.
La falta de liquidez en las arcas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) es preocupante. Los países del golfo Pérsico han aplazado el pago de las donaciones comprometidas para 2012 y, por ejemplo, el Ejecutivo local ya ha afirmado que Estados Unidos no puede retrasar más la transferencia de 155 millones de euros a las cuentas palestinas. Un dinero que en gran medida será dedicado a pagar las nóminas retrasadas de sus trabajadores públicos.
Y es que, desde siempre, la ANP ha apaciguado las posibles rebeliones internas con la contratación masiva de funcionarios y se sabe que alrededor de 400.000 personas tienen un sueldo público, algunos con competencias fijadas y otros sin ellas. Por eso, y visto que se estaba demorando el pago de sus salarios, los funcionarios han impulsado las movilizaciones y ayer celebraron una huelga parcial coincidiendo con la reunión del Gobierno palestino, que sumada a un paro general en el transporte público paralizó Ramala, capital de la región de Cisjordania.
El Ejecutivo no quiere más problemas de los que ya tiene y consideró que lo mejor era recular. El primer ministro de la ANP, Salam Fayad, anunció una rebaja del IVA del 15% y tomará medidas para que el precio de los carburantes vuelva a niveles de agosto, antes de que se encareciera un 5%. Además, los empleados públicos recibirán hoy la mitad de su nómina y el 50% restante se les entregará antes del fin de semana. Un sobreesfuerzo con el que confían en apaciguar a los manifestantes.
Israel observa desconfiado la situación, ya que puede suponer una desautorización del poder establecido. La violencia de las últimas movilizaciones ha sorprendido a todos y temen que sea el comienzo de una nueva intifada.