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Holanda apunta a una coalición proeuropea
Los euroescépticos se desinflan de cara a los comicios de hoy y dejan empatados al frente de los sondeos a liberales y laboristas
BRUSELAS. Actualizado: GuardarApenas dos años después de las últimas elecciones, los holandeses regresan hoy a las urnas con toda Europa pendiente de los resultados. Los socios comunitarios aguardan con expectación el escrutinio tras una campaña marcada por los tics antieuropeos y las políticas de austeridad promovidas desde Bruselas. Aunque hace escasas semanas se temió hasta el triunfo de los euroescépticos de la izquierda radical, los últimos sondeos apuntan en la dirección contraria. Los liberales del primer ministro Mark Rutte y los laboristas, ambos defensores de la UE, llegan empatados a la jornada decisiva. Incluso se augura que acabarán formando una coalición como ya sucedió en otras dos legislaturas.
El viraje desde el extremismo euroescéptico hasta posiciones más moderadas empezó a constatarse en las encuestas con el inicio de los debates televisados. En un país muy fragmentado donde los mensajes políticos tardan en llegar hasta los electores, los holandeses se habían decantado en un principio por los discursos más críticos con Bruselas. Así, el Partido Socialista, una fuerza con raíces maoístas, llegó a amenazar el liderazgo de Rutte en los sondeos a lo largo del mes de agosto. La formación no aboga por sacar al país del euro, pero se opuso a su introducción y ha rechazado los rescates de los socios periféricos, entre ellos el concedido a España.
El desplome de los socialistas coincidió con el despegue de la gran revelación de la campaña. Diederik Samsom, líder de los laboristas, desinfló a los antiguos comunistas con un discurso socialdemócrata mucho más pragmático y centrado en la necesidad de reactivar el crecimiento. Su ascenso ha sido tan fulgurante que ha logrado empatar con Rutte.
Según los últimos pronósticos, ambos lograrían 35 escaños en un Parlamento con 150 asientos. Los analistas consideran que la coalición está cantada, aunque necesitarían el respaldo de una formación minoritaria como los democristianos de la CDA o los centristas del D66. En un cerrado sprint final, Samson y Rutte rechazaron ayer que vayan a formar tándem. «Sé que los otros líderes quieren dar esa impresión, pero es una auténtica basura», proclamó el primer ministro en funciones. Ambos mantienen sus cartas boca abajo porque el vencedor liderará las negociaciones para formar gobierno, un proceso siempre complicado pese a la tradición pactista del país, y ocupará finalmente el sillón de mando. En el debate televisado del pasado lunes, sin embargo, los dos candidatos rebajaron el tono en su intercambio dialéctico y dejaron entrever posiciones similares en la crisis del euro y en política exterior.
Pese a la posible sintonía tras los comicios, Rutte también dejó claro que la jefatura del Gobierno resulta capital. El líder liberal prometió que se mantendrá al lado de Alemania en la defensa de la disciplina presupuestaria y la austeridad. «Si otro partido gana, existe la posibilidad de que se forme un eje Holanda-Francia. Y los franceses tienen una elevada deuda pública, impuestos igualmente altos y bajo crecimiento», advirtió en una clara referencia a su competidor laborista.