Sociedad

Rechazó la nutrición forzosa

ROMA. Actualizado: Guardar
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La muerte del cardenal Martini también ha reavivado el debate sobre la muerte digna, pues este teólogo comprensivo con la eutanasia y que pedía respetar la voluntad del enfermo, rechazó en su agonía el ensañamiento terapéutico y la nutrición forzada. Incapaz de deglutir comida o líquidos por el Parkinson, al cabo de quince días rechazó la sonda de alimentación. Fue un dato que centró la atención de los medios, pues toda Italia recuerda que fue precisamente retirar o no esa sonda lo que estuvo en el centro del caso de eco mundial de Eluana Englaro, la joven en estado vegetativo 'desconectada' en 2009 después de 17 años por su padre tras un largo proceso judicial y con la oposición de la Iglesia. Tres años antes también negó el funeral católico a Piergiorgio Welby, otro enfermo paralizado que decidió poner fin a su vida.

El Vaticano vio de inmediato un último intento de utilizar al cardenal para atacar a la Iglesia. Su portavoz, el también jesuita Federico Lombardi, precisó que la decisión de Martini fue una «posición absolutamente coherente con la enseñanza de la Iglesia». El catecismo católico acepta la interrupción de curas «extraordinarias y desproporcionadas» cuando se acepta que la muerte no se puede impedir. En Radio Vaticana, el sacerdote y genetista Roberto Colombo replicó que es «arbitrario e infundado, médica y moralmente» comparar el caso de Martini con el de Eluana o Welby. El debate, además, ha coincidido con el estreno de una película sobre la joven, presentada en el festival de Venecia.

En todo caso, es innegable que la muerte de Martini ha recordado su posición al respecto. No aprobaba la eutanasia, pero afirmaba que «no me siento capaz de condenar a las personas que dan un paso así a petición de un enfermo reducido al extremo y por puro sentimiento de altruismo». También era partidario de una ley en Italia sobre el testamento biológico que permita rechazar las curas excesivas en enfermos terminales.