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El Gobierno ya asume que pedir más ayudas tendrá consecuencias
La vicepresidenta Sáenz de Santamaría llama a la prudencia, por considerar que «está en juego el futuro»
MADRID. Actualizado: GuardarEl Gobierno ya reconoce las «importantes» consecuencias que una petición de auxilio al Banco Central Europeo tendrán para los 46 millones de españoles. En la conferencia de prensa que siguió al Consejo de Ministros celebrado 24 horas después de los anuncios del presidente Mario Draghi, y mientras la canciller alemana Angela Merkel destacaba en Viena la relevancia de la «condicionalidad», la vicepresidenta y portavoz del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, justificó la demora de una toma de decisión en que el Ejecutivo se propone analizar «con rigor y prudencia» los requerimientos para acogerse al programa de compra de deuda. Las exigencias las determinará el Eurogrupo y se conocerán en unas semanas.
«Está en juego el futuro del país», alertó la 'número dos' del equipo de Mariano Rajoy, que llamó a actuar con esa misma cautela a los responsables políticos y a las fuerzas sociales, desde el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, hasta el presidente de la organizacón de empresarios madrileños (CEIM), Arturo Fernández.
Al dirigente socialista le instó a la responsabilidad al recordarle su condición de ex ministro portavoz, y evocar que se había sentado a la misma mesa donde ella proporciona ahora las explicaciones. El secretario general del PSOE, tras exigir al Ejecutivo que «mueva ficha en Bruselas», le había avisado previamente de que no apoyará un rescate de España que «suponga esfuerzos adicionales realizados en direcciones equivocadas». Sáenz de Santamaría también advirtió al empresario Arturo Fernández, tras escuchar su apremio por la toma de decisiones, que, en cuestiones de tanta trascendencia, no se pueden formar juicios «a bote pronto», sin profundizar en el conocimiento de lo que se plantea.
El proceso se repite en el entorno del presidente Rajoy. Cuando pidió asistencia financiera para capitalizar la banca, los dirigentes pasaron de negar la evidencia de un inminente auxilio a defender que el jefe del Ejecutivo había presionado por conseguirlo. Finalmente el Gobierno se tuvo que plegar a todas las condiciones de la ayuda reflejadas en un exhaustivo memorando. Incluso asumió, muy a su pesar, exigencias como la creación de un 'banco malo'.
En fecha reciente, cuando la presión ejercida sobre la deuda hizo prácticamente inevitable un segundo rescate, miembros del Gabinete argumentaron que a España no se le iban a requerir exigencias distintas de las que ya se están aplicando por parte de Bruselas y del resto de los socios europeos: reducción del déficit, control del gasto de las autonomías, reestructuración financiera y culminación del proceso de reformas en marcha.
Reconoció ayer la vicepresidenta que pedir la activación del mecanismo de compra de deuda «afectará a los próximos años». Con ello aludía a las condiciones, y no a la carga de intereses sobre contribuyentes presentes y futuros. El auxilio del Banco Central Europeo hará que la factura de los costes de financiación sea menos gravosa para el Tesoro, pero se cobrará otro precio. Basta recordar las recientes recomendaciones del BCE a los países «bajo asistencia financiera», España incluida, que abordaban desde la supresión del salario mínimo a la liberalización del régimen profesional, pasando por los ajustes en las retribuciones.
La Comisión Europea aseguró que «no hay diferencia» entre las condiciones que fijaron los líderes de la eurozona en junio para comprar deuda y lo que exige el presidente del BCE, Mario Draghi, para actuar en el mercado secundario. «Tenemos normas claras en las directrices del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) para todos los diferentes programas que puede llevar a cabo», , dijo el portavoz comunitario, Olivier Bailly.
Control y exigencias
Pensar en sustraerse a esas exigencias, específicas para cada país, y cuyo incumplimiento acarrearía la suspensión del programa de compra de deuda, sería cerrar los ojos a la realidad. La jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, tan entusiasta durante su estancia del pasado jueves en Madrid del programa reformista que ya tiene en marcha Mariano Rajoy, modificó su discurso en una conferencia de prensa celebrada en Viena. «El BCE ha dicho muy claramente que las condiciones del programa de compra de deuda son un punto muy importante», afirmó la canciller, en clara respuesta a los sectores de la opinión alemana que temen que el auxilio a los países europeos más golpeados por la presión de los mercados repercuta en los bolsillos de los contribuyentes de la principal economía de la región.
«El futuro del euro depende en gran medida de las acciones políticas (de los gobiernos)» para respetar esas condiciones», precisó Merkel. «Es la senda que siempre hemos elegido», concluyó, tras reiterar que no puede haber ayudas sin control ni condicionamientos.