ESPEREMOS NO LAMENTARLO
La inflexión llegará cuando la mejora pueda filtrarse a la disponibilidad de fondos de empresas y familias
Actualizado: GuardarEl Banco Central Europeo (BCE) certificaba ayer lo que las filtraciones de días previos anunciaban, que está dispuesto a emplear el dinero de los europeos en comprar deuda pública, pero no de forma privilegiada, sino que tendrá que comportarse como un inversor más. Comprará deuda pública, lo hará sin preferencia sobre los demás inversores, y como estos, si llega el caso y desconfía, al menos sobre el papel, venderá.
Es evidente que el día en que el BCE vendiese deuda de un país porque este incumpliese las condiciones que permitieron su compra, equivaldría a una práctica condena de expulsión del euro. No será difícil adivinar actitudes al respecto, de modo que las compras no podrán ser contundentes, sobre todo, porque como la canciller alemana, Angela Merkel, destacaba en Madrid, estamos en un atolladero del que llevará mucho tiempo salir.
Mientras no se compre mucho, tampoco habrá mucho que vender. No hay pues un gran bálsamo. Pero volvamos al BCE. Para actuar sobre la deuda de un país, será condición necesaria que su Gobierno haya solicitado antes asistencia financiera, o lo que es lo mismo, alguna modalidad de rescate al resto de socios de la UE.
Estos exigirán e impondrán condiciones. Si se cumplen, este Estado calificará y su deuda pública podrá ser objeto de compras. Será entonces momento de considerar que un descenso de la prima de riesgo pueda revestir un carácter estable, y solo entonces, será cuando esa mejora pueda filtrarse a los costes y disponibilidad de fondos de empresas y familias. Habrá llegado el momento del punto de inflexión.
El Gobierno quería conocer la posición del BCE, y ya la tiene. Esto significa que en un plazo breve, España va a formular su solicitud de ayuda. También en breve habrá condiciones nuevas a cumplir. Las condiciones son siempre ajustes del gasto y reformas, con la pretensión de que mejoren la expectativa de crecimiento. Quienes crean que ese es el mejor camino, sin duda estarán hoy más satisfechos y para ellos hoy se habrá dado un paso importante para salir de la crisis. Pero incluso para los satisfechos hay un problema que en su momento tendrá una gran trascendencia. El BCE ha actuado contra el criterio alemán. Por primera vez, la Europa del euro certifica una división, nada menos que con su principal accionista. Muy bien tienen que salir las cosas, porque de otro modo no habrá futuro para el euro. Así pues, esperemos no lamentar lo escenificado ayer.