Un ataque al único granero de la provincia

El anuncio realizado ayer por la Diputación Provincial de Cádiz puede parecer una queja política más, un desencuentro como tantos, pero encierra una carga de profundidad que afecta a toda la economía gaditana más allá de partidismos y temporales gobiernos de distintas instituciones. Que la Junta de Andalucía diga que no tiene dinero para cumplir con el, pactado y firmado, envío de 245.000 euros para la promoción turística de la provincia supone toda una declaración de intenciones. La administración autonómica demuestra que, además de no tener fondos y de mostrar su nula capacidad gestora, tiene un serio conflicto de prioridades.

Dar ese paso supone declarar que se desconoce la provincia de Cádiz. Ningún otro sector económico crea ya tanta riqueza ni empleo como el turismo. Cerrarle el grifo económico, en contra de lo acordado y escrito, al Patronato Provincial de Turismo supone eliminar casi todas las iniciativas de promoción de la provincia en el exterior, casi todas las acciones para atraer a visitantes, a turoperadores y a profesionales.

Resulta bastante simple intuir las consecuencias que tendrá dejar de promocionar la provincia en países o comunidades que son emisoras de turistas. Cádiz sonará menos, o nada, y el descenso de visitantes y pernoctaciones será inevitable. Dentro de unos años, quizás nadie lo recuerde pero, un día de agosto de 2012, la Junta de Andalucía decidió que si no llegaba para todo, la promoción turística de la provincia era prescindible. Como si ninguna familia viviera de ella.