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EE UU busca sin éxito en China la paz en el Pacífico

La secretaria de Estado es acusada de falta de neutralidad en la disputa que enfrenta al gigante asiático y a Japón por unos islotes

SHANGHÁI. Actualizado: Guardar
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Hillary Clinton no ha llegado a China en buen momento. Todo juega en su contra. La tensión de Pekín con Japón, uno de los principales aliados de Estados Unidos en el Pacífico, aumenta por culpa del pequeño archipiélago de islotes que se disputan ambas potencias vecinas: ayer Tokio confirmó que pretende comprar por casi 21 millones de euros tres de esos peñascos a la familia nipona que controla cuatro de ellos, y la prensa del gigante asiático critica que la secretaria de Estado norteamericana no sea neutral a este respecto. «Estados Unidos está sembrando la discordia para sacar provecho», disparó el 'Diario del Pueblo' en su editorial.

Tampoco hay acuerdo en la postura que se ha de tomar frente a Siria, perdura el tira y afloja sobre Corea del Norte, y, para colmo de males, el vicepresidente chino actual y futuro máximo dirigente del país, Xi Jinping, sufre una dolencia de espalda que ayer le obligó a cancelar súbitamente su reunión con la representante estadounidense. Un hecho que disparó una horda de especulación sobre el estado en el que se encuentran las relaciones entre las dos grandes superpotencias.

Clinton, no obstante, sí que se entrevistó con el presidente chino, Hu Jintao, y cenó el martes hasta bien entrada la madrugada con el ministro de Asuntos Exteriores, Yang Jiechi, que trató de quitar hierro a la situación. «No hay otro lugar en el que los intereses de Estados Unidos y China converjan e interactúen más que en la región Asia-Pacífico», reconoció antes de asegurar que el conflicto por las islas Diaoyu, que Japón llama Senkaku, no afectará a la importante navegación marítima de la zona.

Relación «madura»

La jefa de la diplomacia norteamericana, que en su anterior visita al gigante asiático, en mayo, tuvo que lidiar con el escándalo político protagonizado por la huida del activista social Chen Guangcheng -actualmente exiliado en Estados Unidos con una curiosa beca universitaria-, también se mostró dialogante en su reunión con Hu. «Somos capaces de explorar áreas de acuerdo y de desacuerdo de forma muy abierta, lo que demuestra la madurez de nuestras relaciones y la posibilidad de llevarlas todavía más allá en el futuro», aseguró.

Convencida de que solo busca la paz en la región y que EE UU «no toma partido en disputas territoriales», pidió a la Asociación de Estados del Sudeste Asiático que resuelva sin violencia las trifulcas que enfrentan a sus miembros con China por la soberanía de diferentes islotes cuyo atractivo se encuentra en las reservas de gas y de petróleo que esconden.

Sus palabras, sin embargo, no resuelven nada. Y es que si finalmente el Gobierno de Japón da a mediados de mes el visto bueno para comprar las islas, tal y como avanzaron ayer los dos principales periódicos nipones, la tensión escalará aún más.