Sociedad

De Marilyn, Jackie y Frida Kahlo

La Fashion Week apuestan por las siluetas lápiz y la reinterpretación del volante español en mil y una versiones Maya Hansen eclipsa con sus esperados corsés una maratoniana jornada de diez desfiles

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

'Skully tulum' es solamente la sexta colección que Maya Hansen ha presentado en la Fashion Week madrileña y su desfile ya es uno de los más esperados de esta pasarela. El nombre de esta reina del corsé va indisolublemente ligado al de otra reina, Lady Gaga. La diva del pop ya se ha embutido en uno de sus corsés, ahora Maya Hansen sueña con que Madonna luzca uno de los diseños de su nueva colección inspirada en algunas de las costumbres más arraigadas de México como la celebración del Día de los Muertos o la adoración a la Virgen de Guadalupe. Ataviadas con 'looks' que recordaban a la mismísima Frida Kahlo, las modelos presentaron corsés, leggins y vestidos-corsé de colores brillantes y estampados de alebrijes, mejillones, flamencos, huesos y calaveras, muchas calaveras. Entre los corsés-joya de esta colección destaca uno realizado con 400 'calacas' blancas cosidas a mano -una semana de trabajo- que pesa más de siete kilogramos, además de los corsés realizados con enormes piezas de metal, a modo de esqueletos humanos.

Apasionada de su trabajo, Ana Locking consigue reinventarse colección tras colección sin perder un ápice su esencia. En 'The Talk' la diseñadora toledana hace conversar a la creatividad con la funcionalidad. Ha enfrentado, en palabras de la creadora, «la racionalidad de Jaqueline Kennedy con la exageración de Marilyn Monroe» y le ha salido una extraordinaria colección realista aderezada con algún punto de sana locura como cuerdas de montaña y collares realizados con la cabeza de un animal y el cuerpo de otro, fruto también de esa idea de mezcla de contrarios en la que Ana Locking ha querido encontrar el equilibrio. Siluetas 'oversize' en las partes superiores se combinan con siluetas lápices. Estampados de rayas, 'animal print' y de naturaleza, teñidos de coral, azul u oliva, entre otros tonos. Mezclas de texturas, colores y estampados en un mismo 'look' femenino y elegante.

Ailanto se ha inspirado en esta ocasión en la casa que la familia Planchart encargó a principios del siglo XX al arquitecto italiano Gio Ponti. El edificio, situado en las colinas de la ciudad venezolana de Caracas, ha sugerido a los hermanos vascos el diseño de los siete estampados de los que se compone esta colección primaveral: las formas adiamantadas del pavimento de la villa, cacatúas y tucanes y diferentes elementos vegetales. El vestido pierde protagonismo para dejar el reinado a las blusas románticas con minivolantes a los hombros y trabajadas pecheras, marca de la casa. Lazos, cintas y pajaritas decoran unas prendas atemporales en el trabajo de estos creadores que tiñen de amarillos, naranjas y azules la próxima Primavera-Verano.

La arquitectura también ha inspirado a Ion Fiz en su colección número 21. 'Lisboa', una colección que surgió a partir de las cerámicas esmaltadas que decoran muchas de las fachadas de la ciudad lusa, destacó por la exquisitez y el trabajo bien hecho. Con estampados sacados del catálogo de Gastón y Daniela y telas más propias de tapicería que de ropa, el diseñador vasco presentó una colección donde el vestido de inspiración años cincuenta ha sido el gran protagonista.

Inspirada en la obra 'Musa dormida' del escultor Constantin Brancusi, la diseñadora gallega María Barros ha trabajado los volúmenes con pasión creando figuras que asemejan enormes volantes en las partes de arriba y siluetas lapiz en las faldas y vestidos. Líneas depuradas y colores bronce, marfil, piedra y madera, en honor a este gran escultor del siglo XX. El siempre correcto Roberto Torretta contó, entre sus invitados, con la presencia de la exmujer de Bono, Ana Rodríguez, que acudió con su hija Amelia; las modelos Nieves Álvarez y Raquel Meroño; y los actores Cecilia Roth e Imanol Arias, este último con su inseparable novia Irene Meritxell. Al contrario que Ailanto, Torretta apuesta por el vestido como pieza clave del armario de la próxima temporada. Vuelve a decantarse por el cuero, esta vez en color camel, y se centra en los trajes largos de noche en organza teñidos de naranja y azul glaciar.

Moda española

Juana Martín vuelve a sus raíces andaluzas y reivindica, como ya lo hicieron el primer día Roberto Verino y Francis Montesinos, entre otros, los tópicos de la moda española que tan bien han sabido explotar marcas como Moschino o Dolce&Gabanna. La diseñadora cordobesa reinterpreta los lunares, los volantes, las chorreras y hasta los capotes taurinos para sacarlos a la calle la próxima temporada. Leggins bordados con flores de mantones de Manila y faldas lápiz son la gran apuesta de esta creadora a la que le jugaron una mala pasada sobre la pasarela los tejidos elegidos para sus vestidos largos que, a falta de una buena costura, se fueron deshilachando y rompiendo a cada paso de las modelos. La gallega Kina Fernández echa un vistazo al 'easy elegance' americano de los años noventa para crear una colección accesorizada con bordados y flecos metalizados. Tela de saco estampada y linos de rayas son algunos de los materiales que la firma utiliza para crear unas prendas donde lo masculino y lo femenino conviven a la perfección.

La firma Martín Lamothe bajó el telón de esta cuarta jornada con una colección inspirada en la cultura florentina. Una particular visión del Cinquecento donde la obsesión renacentista de la perspectiva ha sido el punto de partida de unas prendas muy personales teñidas de tonos pastel en rosas y azules y verde flúor. Sara Coleman también apuesta por el verde, en su caso verde agua, en 'Subacuatic', una colección inspirada en el fondo marino con cremalleras de trajes de neopreno para el buceo y cortes como los de los bañadores de natación como claves de su colección.