Actividades en la Candelaria

Lo venimos proclamando por activa y por pasiva: las hermandades no conceden tregua al cierre veraniego. Algunas inclusive intensifican sus quehaceres. Siempre hay mucho trabajo pendiente, proyectos en la recámara, flecos que cerrar, plata que limpiar. Las hermandades son una realidad latente, una construcción social siempre en marcha, la puerta abierta del Evangelio andante y cotidiano. Bien es cierto que hay corporaciones y corporaciones: algunas de suyo generan y entrañan más vida interna que otras. La Hermandad de la Candelaria es una de las instituciones de continua concurrencia. No cesan sus cofrades en el empeño de plantear iniciativas. De diferente género dentro, eso sí, de las formas dictadas por los tácitos cánones cofradieros. Este verano, sin ir más lejos, las actividades se han sucedido. De un lado, la saludable convivencia de los miembros del grupo joven en el campamento de verano.

De otra parte, los trabajos que los integrantes del equipo de mayordomía han culminado con toda clase de éxitos. Como ejemplo, un botón: el amplísimo ropero destinado para guardar muchos elementos del inventario patrimonial de la cofradía. No podemos obviar el tradicional apoyo público de las conocidas 'Noches Candelarias' o, por último, el encuentro de cierre de curso protagonizado e impulsado por las hermanas de esta Hermandad que han desarrollado un intenso y muy efectivo Taller de Costura a lo largo de toda la temporada. Una Hermandad muy viva y pujante. A las pruebas de los párrafos precedentes nos remitimos.