El informe final sobre las escuchas ilegales inquieta a la prensa británica
El juez Leveson pide acabar con el sistema de autorregulación y aboga por un corsé legislativo para evitar nuevos excesos
LONDRES. Actualizado: GuardarLa prensa británica tiene miedo a perder su tradicional sistema de autorregulación como consecuencia de las sistemáticas escuchas ilícitas del tabloide 'News of The World' (NoW), que forzaron el cierre del dominical en 2011, además de la detención hasta la fecha de 80 periodistas y ejecutivos de News International, parte del conglomerado mediático de Rupert Murdoch. El juez Brian Leveson, presidente de la investigación sobre la conducta del sector, publicará sus recomendaciones en los próximos meses en un informe que contiene «un arma cargada» contra la industria, según ha denunciado ya el director del rotativo 'The Independent', Chris Blackhurst.
Los príncipes Guillermo y Enrison protagonistas renuentes en la polémica sobre los valores y la función de la prensa británica. El mayor de los hermanos destapó las conductas ilícitas en 'NoW' cuando en 2006 denunció a la Policía que el tabloide de Murdoch tenía acceso a su buzón de voz. La sospecha estaba bien fundada y dos empleados del dominical -el corresponsal palaciego y un detective privado- fueron condenados a prisión en enero de 2007.
En el juicio quedó demostrado que ambos profesionales habían interceptado los teléfonos móviles de los secretarios de los príncipes y de un puñado de celebridades, desde modelos a representantes de futbolistas. El incidente se dio por zanjado con ambas condenas y la dimisión de Andy Coulson, el entonces director de 'NoW' y posterior jefe de comunicaciones del primer ministro, David Cameron.
Pero Scotland Yard solo había escarbado la superficie de un escándalo con cerca de 5.000 víctimas potenciales, según pudieron descubrir los agentes al reabrir el caso en 2011. La confirmación de que el móvil de una escolar asesinada también fue manipulado por el periódico sensacionalista de Murdoch detonó una crisis que ya se aproxima a su resolución parcial.
Encargado de examinar la ética y conducta periodista, Leveson llamó a declarar bajo juramento a 470 testigos a lo largo de 102 jornadas de vistas orales. El juez revisa además unos 6.000 folios de testimonios y opiniones de los protagonistas de la saga: víctimas de los pinchazos o del acoso de la prensa, reporteros y directores de periódicos, propietarios de medios, políticos y policías. Un resumen confidencial de su informe se remitió la semana pasada a los jefes de rotativos y las primeras impresiones sobre las conclusiones han desatado el pánico en el sector.
«Es una crítica condenatoria de mi industria. Una diatriba», denunció días atrás el director de 'The Independent'. Según Blakhurst, el juez mete en el mismo saco a la prensa sensacionalista y la de calidad en las recomendaciones que ultima para el otoño. «Leveson está cargando una pistola y el documento, con más de cien páginas, es todo munición. Esta es la mejor forma de describir el informe», advierte.
En cuestión está el futuro control de los medios escritos. Leveson podría recomendar la sustitución del sistema actual de autorregulación por un corsé legislativo que ampare tanto la libertad de prensa como el derecho a la privacidad. Un camino intermedio podría resultar en el reforzamiento de la actual Comisión de Quejas a la Prensa, con la adopción de un rígido código de conducta y multas considerables a los infractores. También se baraja la posibilidad de crear una nueva comisión reguladora, independiente de los propietarios de rotativos.