Apuntes

Ayudas recortadas

La supervivencia de entidades como Cáritas o el comedor social María Arteaga está en peligro por la falta de subvenciones de las administraciones

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La situación de crisis en la que estamos inmersos está alcanzando cotas peligrosas. Cuando algunos pensaban que la situación no podía ir a peor e incluso había quien creía que el próximo año llegaría cargado de buenas noticias, la realidad le ha vuelto a dar un buen golpe. Y como siempre, los más damnificados vuelven a ser los que menos oportunidades tienen.

La falta de recursos y las deudas que arrastran las administraciones han dejado muchos cadáveres por el camino. A las empresas pequeñas que se han visto abocadas al cierre y proveedores a los que ni las ayudas del ICO han servido para mejorar su situación, se unen ahora las entidades solidarias.

Cáritas anuncia que la falta de subvenciones que venía recibiendo habitualmente por parte de Ayuntamiento, Diputación y Junta -según el secretario general de la entidad la administración autonómica es la que más ha recortado las ayudas-, están llevándola a la ruina, poniendo en serio peligro la continuidad de sus programas sociales. Aquellos con los que atienden a las miles de personas que ya no tienen dinero para alimentarse, ni a ellos ni a sus familias. Un dinero necesario para poder seguir manteniendo a aquellos a los que la crisis ha dejado sin nada.

A Cáritas se unen las hermanas de la caridad del comedor social María Arteaga que se enfrentan a una situación similar. Desde hace un año, solo se sustentan gracias a la colaboración de entidades, familias y a las pensiones de las propias monjas. Si no fuese por ellos ya hubiesen tenido que dejar de atender a las 80 personas que acuden a su comedor y a las 25 familias a las que entregan alimentos.

Que las administraciones tienen muchos frentes abiertos y deudas contraídas no es nada nuevo, pero que, tras tanto recortar a los demás, se esté escatimando en ayudar a aquellos que viven de ayudar a los demás no tiene disculpa. Porque, por si a alguien le queda alguna duda, si labor de este tipo de entidades solidarias desaparece, los asaltos a los supermercados iniciados por Sánchez Gordillo, a modo de protesta simbólica, van a ser la única opción que les va a quedar muchos para sobrevivir.